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Dom, Dic

ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. Quizá el fundador del diario El Tiempo de Piura, don Luis Carranza, no se imaginó nunca, que 100 años después, este medio de comunicación social se iba a convertir en el informativo escrito de mayor vida en la historia de la región, medio que iba a permanecer vencedor por un siglo, convirtiéndose en una crónica de registro para la historia de un espacio, donde más de un millón de voces estarán diciendo como yo, con toda seguridad: El Tiempo, ha vencido al tiempo.

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ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. El 4 de enero de 1821 se proclamó la independencia de Piura, ciudad en la que la formación de la conciencia de patria está asociada a personajes de la localidad y de la región, siendo su principal figura Miguel Jerónimo Seminario y Jaime, respetado ciudadano, a quien los piuranos honran cada 4 de enero, además de haberle dado el nombre a un coliseo de la ciudad de Piura.

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ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. En los próximos días, en la ciudad de Sullana se inaugurará la remozada avenida José de Lama, principal arteria de esa localidad, cuyo nombre está asociado a un personaje trascendente para la historia de la ciudad y de la región, motivo por el que queremos compartir con los lectores de El Regional de Piura, la razón por la que desde hace más de 80 años la avenida lleva esta nominación.

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ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. Hace 32 años, mientras leía las libretas de apuntes de Antonio Raimondi, pensaba en el futuro se Sullana, como una ciudad producto de la convivencia armoniosa entre los hombres y la naturaleza. El naturalista la describe en 1868, tanto como a la capital departamental, como lugares de casas blanqueadas, es decir, con gente que entendía que los colorinches no cabían en esta región, porque calientan el interior de las viviendas, y en una época sin electricidad, y sin todos los artefactos que se relacionan con esta energía, era mejor vivir en estrecha relación con el medio que se habitaba.

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ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. Si la batalla de Ayacucho se protagonizase recién en nuestro tiempo, de inmediato sus resultados hubiesen llegado no solo a Piura, sino a todo el planeta, hoy los medios de comunicación nos integran avasalladoramente, y nos enteramos de todo lo que ocurre, a escasos segundos de los sucesos. Después de la batalla de Junín, Simón Bolívar persiguió a los enemigos hasta el río Apurímac, y en octubre de 1824 regresó a la costa, no sin antes instruir a Sucre sobre la finalización de la campaña libertadora, recomendándole no dar batalla final, hasta no estar seguro de la victoria. La batalla de Ayacucho enfrentó a patriotas y realistas el 9 de diciembre de 1824, sobre sus resultados, los piuranos se enteraron casi 15 días después, como lo veremos a continuación.

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ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. Cuando el corazón ordena, nada le puede hacer cambiar de rumbo a la voluntad de los enamorados, ni las señales del cerebro, ni cualquier otra predisposición ni ley. Así es la vida suelen decir los mayores, la vida es una canción repiten, y así es señor, se escucha asentir a los demás. Sobre historias de amor, las hemos leído de todos los tiempos, Ollantay, en nuestro caso, Otelo, en el viejo mundo, y no hay rincón del globo terráqueo, donde no se haya escuchado sobre quereres imperecederos, que a veces trascienden la experiencia de los enamorados, para quedarse para siempre en la memoria familiar, a veces en la memoria de una gran comunidad, y no pocos veces, en la memoria colectiva.

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ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. En la memoria colectiva de las últimas generaciones de piuranos, tumbesinos y lambayecanos, el fenómeno El Niño, ya no es una novedad, está en la memoria colectiva, asociada a una gran experiencia como la de 1983, y la de 1998, pero sobre todo la primera, que nos hizo dividir el tiempo en “antes del Niño”, y, “después del Niño”. Ese impacto sobre la población se metió para siempre en las neuronas, y aunque queden pocos sobrevivientes de las diluviales aguas de 1925-1926, las lluvias del 83 marcaron eternamente mientras viva, a la generación que lo experimentó.

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ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. El 22 de noviembre de 1927 el pueblo de Tambogrande fue elevado a la categoría de villa, en medio de un gran reto para su Historia. La Historia es una ciencia que se encarga del estudio del pasado trascendente y no de todo el pasado. Los historiadores recrean hechos sociales e individuales que no pocas veces convertidos en coyunturas, generan cambios sociales que alteran fundamentalmente la manera de pensar, el modo de obrar, la cultura, y la estructura de la sociedad, y en uno de esos espacios, con grandes protagonismo para la historia regional y la historia nacional, está Tambogrande, espacio que bien puede ser el de una de las nuevas provincias de Piura, cuya jurisdicción con una villa cabecera homónima, se pierde más allá de sus raíces vinculadas a la presencia inca, cuando Tupac Yupanqui estuvo por estas tierras.

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ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. Entre el 29 y 31 de octubre, Lima ha sido la sede del XVI Encuentro Iberoamericano de Valoración y Gestión de Cementerios Patrimoniales, ocasión que ha permitido a los estudiosos de esta temática, no solo compartir sus experiencias en cuanto a la salvaguarda de los cementerios en los que trabajan, sino, aprender desde las diferentes miradas con las que se trata este patrimonio, asociado a la muerte. Una grata e impresionante visión de lo piurano con esta temática, se observa desde la primera imagen ampliada en la exposición, sobre una llorona de Piura.

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ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. El 28 de julio de 1821, el Gral. José de San Martin proclamó la independencia nacional, condensando en una frase, la voluntad de los pueblos peruanos, que venían luchando por su libertad desde 1780, y que habían manifestado su desconformidad con el dominio español, protagonizando alzamientos contra el régimen hispano, desde 1532.

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ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. Cuando me encontré con Carmen Arrese Pachérrez cerradita de luto por una de las calles de Lima, me extrañé tanto al verla sin su habitual vestimenta, que me alarmé mucho, sobre todo, cuando no paraba de llorar inconsolablemente. Sus lacrimales eran verdaderas cataratas, que dejaban como pigmeos a los diluviales aguaceros de 1983. Me imaginaba el diluvio universal, y de tanta lágrima que arrojaba como chisguete de carnaval, yo me sentí como un Noé sobre una barca.

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ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. Cuando llegamos a vivir a la Lotización Santa Rosa en 1960, nos enfrentamos a la realidad de sobrevivir en un desierto donde la visión se perdía entre las arenas, que en forma de médanos y dunas, a veces de formas fantasmales, nos invitaban a caminar sobre la frescura de su superficie cuando amanecía, o a calentar la planta de los pies cuando el sol estaba en ascenso.

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