ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. En la memoria colectiva de las últimas generaciones de piuranos, tumbesinos y lambayecanos, el fenómeno El Niño, ya no es una novedad, está en la memoria colectiva, asociada a una gran experiencia como la de 1983, y la de 1998, pero sobre todo la primera, que nos hizo dividir el tiempo en “antes del Niño”, y, “después del Niño”. Ese impacto sobre la población se metió para siempre en las neuronas, y aunque queden pocos sobrevivientes de las diluviales aguas de 1925-1926, las lluvias del 83 marcaron eternamente mientras viva, a la generación que lo experimentó.
Los Efectos sobre la población son variados de acuerdo a la cantidad de agua que cae sobre un espacio determinado, ya que durante el fenómeno se produce: 1.- UNA ZONA CRÍTICA O CENTRO donde las aguas son diluviales generalmente, y, 2.- UNA ZONA MARGINAL O PERIFÉRICA donde la intensidad de las aguas es menor. Las lluvias durante un Niño fuerte, impactan a todo el norte, pero hay regiones donde la precipitación es mayor, ya que la zona crítica se desplaza de un espacio a otro, no siempre la misma región resulta afectada en cada Niño, así por ejemplo, en 1578, la zona crítica se ubicó en Lambayeque, en 1728, en Trujillo, y en 1983 en Piura, por citar unos casos.
El historiador Lorenzo Huertas Vallejos registra lluvias fuertes en 1701, 1706 y 1714, también en 1791, 1854, 1871, 1891 y 1925-26, pero, como se determina la recurrencia y la intensidad de El Niño antes de 1532? Esto es posible investigando en los ARCHIVOS NATURALES. De acuerdo a la información de L. Huertas, han sido trabajados por arqueólogos, que descubriendo pozos estratigráficos, encontraron evidencias de grandes lluvias en períodos muy lejanos. Luisa E. Wells, en 1990 señaló un mínimo de 15 eventos en el Holoceno, y 21 durante el pleistoceno tardío. Por su parte la arqueóloga especialista en Sechura, Mercedes Cárdenas, ubica evidencias del Niño desde hace 5000 años. Por su parte Rosa María Palacios, encontró huellas del fenómeno para el intermedio temprano, y Peter Kaulicke ubicó evidencias desde los inicios de nuestra era, hasta el período intermedio tardío. Hoy se sabe que el declive de la civilización Tiahuanaco está asociado a un fenómeno El Niño que desestabilizó su aparato productivo, por las fuertes sequías de años seguidos.
En la memoria colectiva de los piuranos se registraban
AÑOS SECOS: SIN LLUVIAS
AÑOS MALOS DE LIGERAS LLUVIAS
AÑOS REGULARES DE LLUVIAS
AÑOS BUENOS DE FUERTES AGUACEROS
AÑOS EXTRAORDINARIOS DE LLUVIAS TORRENCIALES
Antes de 1983, solo los especialistas tenían en su lenguaje científico la expresión "Fenómeno El Niño", hoy es una frase coloquial, todos la usamos, y ya nadie se escapa de tener entre sus labios a "El Niño", que cando es tan fuerte resulta manaturaloso y malcriado, como lo dice jocosamente la poetisa Elvira Castro de Quirós, en su inmortal poema "Yo soy una danificau".
Anne Marie Hocquenghem históricamente estudia cómo se percibe el efecto de El Niño:
1.- NIÑO MUY FUERTE, EXTRAORDINARIO: Catástrofe, daños a edificios en ciudades, en los sistemas de comunicación e irrigación.
Beneficios: cosechar temporales, abundancia de pastos, y el bosque seco se extiende.
2.- NIÑO FUERTE: Puede afectar a las ciudades, los sistemas de irrigación y de comunicación.
Beneficios: Cosechas en temporales, abunda el pasto y el bosque seco se regenera.
3.- NIÑO MODERADO: Buena cosecha y buen pasto. Sin daño a construcciones. Son los más provechosos para los agricultores
Beneficios: es el más deseado
4.- NIÑO DÉBIL: No es el más provechoso, pocos aguaceros, mala cosecha en temporales, y el pasto es insuficiente para un año.
5.-NIÑO MUY DÉBIL: pocas lluvias que no permiten cosechar temporales, y el pasto es insuficiente para el ganado.
Si no se produce un evento EL NIÑO, es sinónimo de SEQUÍA, no hay cosecha en los temporales y el bosque seco retrocede.
De modo que si consideramos lo anterior, se puede determinar que la verdadera catástrofe es la sequía Y NO EL FENÓMENO EL NIÑO
Hoy, de acuerdo al cuadro de lluvias asociadas a El Niño, elaborado por Hocquenghem y Luc Ortlieb, las podemos clasificar de acuerdo a los siglos, con las siguientes características:
SIGLO XVI
1574 LLUVIAS ABUNDANTES.
1578 LLUVIAS EXTRAORDINARIAS. MEGA NIÑO O EXTRAORDINARIO. Se afectó a Saña (Lambayeque), principalmente. Este Niño favoreció a Piura, fructificó el desierto y se favoreció la actividad agropecuaria.
1593 Lluvias fuertes
1596 lluvias fuertes
SIGLO XVII
1624
1686
SIGLO XVIII
1701 LLUVIAS FUERTES
1720 LLUVIAS FUERTES
1728 LLUVIAS MUY FUERTES (DESTRUCCIÓN DE SECHURA)
1747 LLUVIAS FUERTES
17748 LLUVIAS FUERTES
1748 LLUVIAS FUERTES
1791 LLUVIAS FUERTES
SIGLO XIX
1803 LLUVIAS MODERADAS
1804 LLUVIAS EN ABUNDANCIA
1814 LLUVIAS EN ABUNDANCIA
1844 LLUVIAS MODERADAS
1845 LLUVIAS MODERADAS
1864 LLUVIAS MODERADAS
1871 LLUVIAS MODERADAS
1877 LLUVIAS FUERTES
1878 LLUVIAS FUERTES
1884 LLUVIAS FUERTES
1891 LLUVIAS EXTRAORDINARIAS
SIGLO XX
1902, 1904, 1904, 1914 lluvias fuertes
1925 y 1926 lluvias extraordinarias
1927 lluvias fuertes
1931, 1932, 1933, 1934, 1939, 1941, 1943, 1945, 1949, 1953, 1957, 1958, 1959, 1965, 1967, 1973, 1974, 1976, 1977.
1982, 1983 lluvias extraordinarias
1997, 1998 lluvias extraordinarias.
Miguel Arturo Seminario Ojeda/Presidente Honorario de la Asociación Cultural Tallán.