ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. El 22 de noviembre de 1927 el pueblo de Tambogrande fue elevado a la categoría de villa, en medio de un gran reto para su Historia. La Historia es una ciencia que se encarga del estudio del pasado trascendente y no de todo el pasado. Los historiadores recrean hechos sociales e individuales que no pocas veces convertidos en coyunturas, generan cambios sociales que alteran fundamentalmente la manera de pensar, el modo de obrar, la cultura, y la estructura de la sociedad, y en uno de esos espacios, con grandes protagonismo para la historia regional y la historia nacional, está Tambogrande, espacio que bien puede ser el de una de las nuevas provincias de Piura, cuya jurisdicción con una villa cabecera homónima, se pierde más allá de sus raíces vinculadas a la presencia inca, cuando Tupac Yupanqui estuvo por estas tierras.
El Medio Piura y todo San Lorenzo, siempre le llamaron la atención, lo he recorrido desde que tenía 10 años, y ese recorrido, al comienzo significó para mí, recoger de modo empírico los últimos asomos de un paraíso construido sobre la base de una tierra fructífera, en la que afloraban leyendas, mitos, cuentos, y una serie de narraciones, que en algunos casos pude verificar, ya transitando de la mano con la Historia como ciencia.
Hoy, Tambogrande y San Lorenzo en general han crecido mucho, tanto, que asombra aún a los propios tambograndinos, que conscientes de su rico pasado, se sienten tan fuertes, como para reflexionar en este aniversario de noviembre, en el futuro de la villa de Tambogrande, que ya merece ser reconocida como una ciudad, en el futuro del distrito, y en la conformación de una nueva provincia, que podría llmarse provincia de San Lorenzo, integrada básicamente por los distritos piuranos de Tambogrande y Las Lomas, con Suyo, paimas, ya algunas tierras que son parte de jurisdicción de la provincia de Morropón.
Un personaje ligado a la Historia de Tambogrande, es el cerro Ereo, antiguo lugar de peregrinaje, soberbia manifestación pétrea y de verdor, que se alza como el gran testigo de todo lo que ocurre en su radio de influencia, siendo el vigía permanente de Tambogrande y Las Lomas, y de gran parte de Sullana, localidad con la que Tambogrande ha mantenido desde tiempo inmemorial, fuertes lazos comerciales, y vínculos de sangre, que bien en su momento lo pudieron convertir en uno de los distritos de Sullana en 1911.
San Lorenzo, con Tambogrande como adalid, han sido testigos de luchas sociales organizadas en los siglos XVIII, XIX, XX y XXI, algunas cercanas a nosotros, habiéndolas vivido de cerca, gracias a la televisión y al internet, que ahora nos acercan a cualquier parte del globo terráqueo, y así como nos llegan imágenes desde Europa o desde cualquier latitud tan distante de nosotros, los que estamos fuera de Tambogrande, seguimos sus huellas a través de los diarios impresos, virtuales, y de todas las tecnologías de la información que nos acercan al mundo.
Por una investigación constante que realizamos, sabemos que Tambogrande y su población no sola han sido testigos de la Historia, han sido protagonistas, basta enterarnos de esa experiencia de una lucha social organizada para la fundación de Tambogrande en 1783, cuando el pueblo completo, con sus caciques Acaro y Pulache como dirigentes principales, solicitaron al obispo Baltazar Jaime Martínez Compañón, la fundación del pueblo, que en julio de 1783 nació como San Gabriel, pero más pudo el lazo histórico de seguir llamando como hasta ahora, Tambogrande, a esta hechura urbana del obispo, que sobrevive y crece, con el nombre que le estamparon los tiempos:TAMBOGRANDE.
en este mismo espacio en los siglos XIX y XX, hay episodios en los que la fuerza de los tambograndinos estuvo y está siempre presente, hasta hoy es un pueblo que nunca se quedó quieto frente a las presiones externas, hay personajes asociados a la memoria colectiva, como el alcalde Enrique Núñez, ardoroso defensor de la educación popular, o de Emilio Miñán, el combatiente de la Guerra con Chile, sepultado en ese lugar, tanto como don Francisco, Pachico Celi, que asociados a la historia de la villa y del distrito en general, dejaron huella profunda, como lo hizo Carlos Schaefer Seminario en su momento, como empresario de la agricultura y como alcalde.
En un artículo anterior publicado en esta suplemento cultural, señalé que “La geografía y los caminos de este espacio, los del pasado y los de hoy, acercaban a Tambogrande y Las Lomas hacia Sullana, y pese a que la integración vial aproximaba el comercio, lo cultural, y todo lo que significa cotidianidad hacia esta ciudad, cuando se creó la provincia de Sullana, no se consideró a Tambogrande como uno de sus distritos. Sin embargo, cuando se trazó la panamericana, se respetó esta integración, lazo que no se romperá aunque pasen mil años”; y aunque exista hoy, otra vía de comunicación que la enlaza en menos minutos con su capital provincial, el lazo integrador entre Tambogrande y Sullana, estará siempre presente.
Sobre Tambogrande, existe una diversidad de crónicas desde el siglo XVI, desde el levantamiento contra los españoles que se protagonizó en las cercanías de Chica, en el sitio de Cháparra cuando las huestes pizarristas fueron rechazadas en un gran conato de resistencia por los atahualpistas, en las cercanías de Cólera, o Collrá como escribía don Germán Leguía y Martínez; existen huellas en la cartografía del siglo XVI, y siglos sucesivos, en documentos de los siglos virreinales, como se puede verificar en el bien organizado Archivo Regional de Piura, que dirige Nelly Chunga de Merino; en el Archivo General de la Nación de Lima, en el archivo del Centro de Estudios Histórico Militares, o en el archivo de la Sociedad Geográfica de Lima; en estos repositorios, principalmente, así como en el desaparecido archivo histórico de la municipalidad distrital de Tambogrande, hemos rastreado las huellas de este pueblo esforzado y valiente, cuya capital, la villa homónima, cumplirá el 22 de noviembre, 88 años con tal categoría, tal como lo hemos escrito en el inédito segundo tomo da la HISTORIA DE TAMBOGRANDE, donde hemos narrado pasa a paso el proceso y la lucha que se sostuvo en el parlamento, para que el pueblo adquiera esa categoría.
Cuando Antonio Raimondí pasó por la jurisdicción distrital, dejó un excelente retrato social de las tierras del medio Piura, igual lo hizo en su momento Miguel Saturnino Zavala, y otros viajeros, con los que Tambogrande está en deuda, al no honrarlos todavía con una calle, un colegio, un parque, u otros lugares públicos en los que deberían estar sus nombres. Un personaje al que siempre vamos a recordar es a Hildebrando Castro Pozo, el socialista piurano de Ayabaca, a quien San Lorenzo (Tambogrande y Las Lomas) deben un monumento, como lo he dicho más de una vez, porque la noche que defendió ardorosamente el proyecto, sufrió una conmoción cerebral que le costó la vida, por eso los diarios titularon la noticia: AGUA, AGUA, MÁS AGUA PARA PIURA MURIÓ PIDIENDO EL SENADOR CASTRO POZO. Menos mal que el teatro municipal lleva su nombre.
Sí se recuerda al obispo Baltasar Jaime Martínez Compañón, l fundador del pueblo; a Andrés Rázuri, militar casado con la propietaria de Tambogrande, por la donación de tierras que hizo porque el gobierno de Mariano Ignacio Prado lo obligó, pero no se recuerda aún frente al paso de los siglos, pese a que estuvieron presentes en la lucha cuando Martínez Compañón sembró de vida urbana al Medio Piura, asombrado de un conjunto de hombres y voluntades, que transformarían la aridez en un paraíso, como los caciques Nima, Acaro, Carmen y Pulache, antiguos dueños de las tierras del Medio Piura, aquellas que 150 años de áridas, se convertirían en un paraíso, en los que sus descendientes viven como pequeños propietarios, o como jornaleros carentes de tierras, y en algunos casos convertidos en técnicos y profesionales.
Miguel Arturo Seminario Ojeda/Presidente Honorario de la Asociación Cultural Tallán.
Foto: Archivo.