ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. En los próximos días, en la ciudad de Sullana se inaugurará la remozada avenida José de Lama, principal arteria de esa localidad, cuyo nombre está asociado a un personaje trascendente para la historia de la ciudad y de la región, motivo por el que queremos compartir con los lectores de El Regional de Piura, la razón por la que desde hace más de 80 años la avenida lleva esta nominación.
En 1986, cuando la provincia de Sullana cumplió 75 años de creación, los festejos de ese aniversario se centraron en la ciudad de Sullana, su capital provincial, el alcalde de entonces, don Fernando Bel tomo la decisión de publicar mi Historia de Sullana, a solicitud de la directora provincial de Cultura, Srta. Marcela Ruiz Carnero. En ese tomo I reeditado dos veces, publiqué unos datos biográficos de José de Lama, el personaje que nació en Trujillo, pero que la mayor parte de su vida la hizo en nuestra ciudad y en la hacienda La Capilla, tanto como en Piura, al punto de representar a La Libertad, a la que pertenecía la provincia de Piura en 1836, cuando se convocó a la Asamblea de Huaura.
En un artículo titulado “Gamonales y urbanismo”, publicado a fines del siglo pasado, di a conocer el papel de tres personajes de la independencia nacional relacionados con Piura, explicando sobre su accionar ya en su faceta de grandes propietarios de tierras, asociando su proceder, con la mentalidad de la época, ya que el hombre actúa de acuerdo a las doctrinas, ideologías, mentalidades y cosmovisión de su tiempo; para entender a las personas y a los hechos sociales que protagonizan, el estudioso debe ubicarse en el tiempo y en el espacio en el que viven los estudiados, o de lo contrario se cometen graves errores en la interpretación de los sucesos.
José de Lama Sedamanos, nació en Trujillo en 1777, y se radicó definitivamente en Piura, ciudad en la que fue el primer alcalde en 1821, tras proclamarse la independencia, localidad donde también dirigió el Colegio de Ciencias El Carmen, más tarde Colegio San Miguel. José de Lama casó con doña Luisa Farfán de los Godos, acaudalada propietaria de tierras, descendiente de los conquistadores y primeros habitantes de San Miguel de Piura, con la que tuvo 3 hijos: Juana, Diego y Josefa, fallecida la primera, le sobrevivieron Diego y Josefa, y su viuda que falleció en 1857. José de Lama murió en 1850. A su viuda y a Diego les dejó una propiedad amplísima, comprendida entre Talara y el río Tumbes, y a Josefa, la zona enorme entre Talara y el río Chira, al morir la madre, Diego fue su único heredero; Josefa no tuvo descendencia, mientras que su hermano Diego que permaneció soltero, tuvo 13 hijos.
Tanto en mi libro sobre “La independencia de Piura”, como en la Historia de Sullana, di a conocer las memorias de personajes piuranos sobre la independencia de Piura, una de ellas fue la de José de Lama, quien en 1827, testificó ante el gobierno, sobre estos sucesos, apoyando a Miguel Jerónimo Seminario y Jaime, con detalles sobre la formación de la conciencia de patria en Piura, y detallando sobre los hechos del 4 de enero de 1821, día en que se proclamó la independencia, en la más antigua de las ciudades del Perú.
En 1936, al conmemorarse las bodas de plata de creación de la provincia de Sullana, las autoridades municipales, en una placa que providencialmente se conserva hasta ahora, pese al incendio de 1972 y al cambio de estructuras del edificio, José de Lama aparece como uno de sus benefactores, y en el suplemento que el municipio presidido por Isaías Garrido Ugarte ,hizo publicar en los diarios regionales de ese año, ya la calle del ferrocarril, aparece con el nombre de José de Lama. Era la generación sobreviviente del siglo XIX, la que había reconocido a un personaje señalándolo como benefactor, tanto como se hizo con Miguel Checa y Checa. De esta manera, el nombre de José de Lama ha quedado en la memoria colectiva de los sullaneros, pero veamos porque.
Si bien es cierto, que tras el Cabildo Constitucional de 1814 en La Punta (Sullana), José de Lama se opuso a su crecimiento urbano, y fue necesaria una Ley, como en el caso de Tambogrande, para que el hacendado venda los terrenos a los habitadores, finalmente, José de Lama debe haber donado las tierras, como se desprende del reconocimiento que hizo la municipalidad al dar su nombre a una avenida, y al estampar su recuerdo en una placa que queda como testimonio de ese acuerdo de 1936, como se registra en los libros de actas que ha dado a conocer Manuel Rodríguez-Paiva Borrero en el 2014. La actitud inicial de negativa de José de Lama de vender o donar tierras, no lo privó después, de un acto generoso, como se interpreta hermenéuticamente.
A fines del siglo XIX, otro personaje, don José Andrés Lama Correa, nieto del anterior, aparece en la historia de Sullana, como lo da a conocer Rodríguez-Paiva Borrero en su mencionada publicación. La existencia de este personaje llevó a suponer a don Reynaldo Moya Espinoza, en un momento, que la avenida debió llamarse así en honor al nieto y no a José de Lama Sedamanos, pero estando estampada bien clara, la palabra BENEFACTOR, no hay duda que es a José de Lama Sedamanos el reconocimiento, y no al segundo de los nombrados, ya que el accionar de José Andrés Lama Correa, está vinculado con otro tipo de actividades.
José Andrés Lama, como lo menciona Rodríguez Paiva Borrero, aparece en la historia de la localidad de Sullana, en 1878, postulando a tener a su cargo el Ramo de Balza, o sea el pase de pasajeros, animales y carga, de una orilla a otra del río Chira (Pág. 115). Luego lo vemos en 1904, cuando el Inspector de Obras públicas, don Carlos Leigh, lo contrató para la formación de un plano de la ciudad, desde las calles al borde del Chira, hasta la estación del ferrocarril (Pág. 164). Se le menciona también en las páginas 186 y 187, en la disputa que tuvo el Concejo de Sullana con los hacendados de Parales, en la elaboración del plano distrital, y así lo vemos en otras páginas. A don José Andrés Lama, también lo vemos como firmante en la última sesión del Concejo Distrital de Sullana, del 3 de diciembre de 1911, como aparece en el citado libro en la página 2 y en la contracarátula.
También menciona a José Andrés Lama, Eduardo Woodman Eguiguren, en su libro “Parales. Historia de una hacienda”, al ocuparse del problema entre el municipio de Sullana y los herederos de esa vasta extensión de tierras, cuyos propietarios pretendieron hacer llegar los límites hasta la actual calle La Quebrada, Woodman lo cita al tratar sobre este problema en las páginas 89, 95, 202 y otras de su publicación; y yo lo he ubicado, en los protocolos notariales del Archivo de Piura, cuando en el verano pasado investigué en este gran y bien organizado repositorio regional que dirige Nelly Chunga de Merino.
De manera, que José de Lama Sedamanos, personaje que también dio dinero prestado al gobierno en la época de la independencia, y vendió mulas para el Ejército, es el Benefactor de Sullana por quien la avenida lleva su nombre, como lo detallaré de modo pormenorizado, con la publicación de mi segundo tomo de la Historia de Sullana, 1879 – 1936. Ya oportunamente se le hizo un reconocimiento en los años 30 del siglo pasado; sus descendientes viven hasta hoy en la ciudad de Sullana, ya no solo como de Lama, sino también como Lama, ya que por un uso casi generalizado, el “de”, dejó de usarse en el registro de los hijos, como se puede verificar en la lectura de las partidas de bautismo y de nacimiento que hemos podido consultar, de fines del siglo XIX y comienzos del XX; también viven en Tumbes y en Piura, descendencia que se perpetúa a través de los hijos, nietos, bisnietos, choznos y demás descendientes de Diego de Lama, quien como llevo dicho, tuvo la numerosa prole de 13 hijos.
El problema con Parales, se terminó cuando en 1908 el nuevo propietario de la hacienda, señor Alfredo Woodman, padre del autor del libro, donó a la municipalidad, el terreno que hizo posible la expansión de la ciudad, pese a que don Santiago Castro Niño siguió insistiendo en devolución de tierras, perdiendo el juicio en este litigio que mantuvo en vilo a los sullaneros por mucho tiempo.
Miguel Arturo Seminario Ojeda/Presidente Honorario de la Asociación Cultural Tallán.