(Por: Wilder Jaramillo Hualpa) El sociólogo Segundo Correa Correa me pregunta, y yo me apuro en responder, "uno de los mejores relatos que he leído es Crimen de la Calle Morgue". Y lo hago entendiendo el mensaje. Y me sonrojo al sentir descubierta mi irremediable timidez. Entendiendo que el director de la revista Pulso Norteño desea que abandone mis acostumbrados silencios. "Lamentablemente hay libros que no he leído aún, y creo que la vida no me alcanzará para leer todo lo que quisiera", agrega el recordado amigo egresado del programa de sociología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y con dos post grados: uno en Buenos Aires (Argentina) y el otro en Haifa, Mount Carmel (Israel). Y de inmediato empieza a hablar con pasión sobre sus inicios en el periodismo, de la vieja máquina portátil de escribir Olympia del año 60; mientras yo me dejo arrastrar por los recuerdos. Pensando en el relato del escritor estadounidense Edgard Allan Poe y en Auguste Dupin, aquel personaje que admira con locura la oscuridad, tratando por todos los medios de falsificar la presencia de la negra divinidad, cerrando cortinas, encendiendo lámparas y esperando con ansias el advenimiento de la verdadera noche.