ERP. Ir hacia Tangarará, es pasar entre las pequeñas elevaciones que existen en el distrito de Marcavelica, provincia de Sullana; ir a la vera de canales de regadío, cruzar algunos puentes mal hechos, entre un valle de arroz, platanales y frutales, una carretera pavimentada que facilita la transitabilidad, hasta llegar al centro poblado, que se resiste a ser desmerecida y que resalta su importancia con una cruz y un obelisco construido en su momento por Miguel A. Sánchez Cerro.
Respecto a Tangarará, el historiador Miguel Arturo Seminario Ojeda reflexiona “Es un pueblo que se siente heredero de la cultura tallán, universo que distingue a lo piurano, de otras regiones del Perú. El centro poblado de Tangarará mantiene una larga desiderata, sin que las promesas de los políticos de turno, se cumplan; carece de condiciones de bienestar para toda la población, que espera la pronta solución a sus problemas. Hoy el núcleo urbano se presenta más ordenado, en comparación con tiempos pasados, pero la solución a sus problemas, demanda de la toma de conciencia por sus habitantes, y de las autoridades que lo gobiernan”.

En efecto, es un valle irrigado por el río Chira y por canales de regadío; la población más tiene presente que son agricultores y ganaderos y la historia, solo es un referente recordado por historiadores en consenso para establecer la fecha de fundación de la primera ciudad en Sudamérica un 15 de agosto de 1532; sin embargo, para muchos depositarios del comentario que se repite de generación en generación, pretenden mantener un 15 de julio de 1532 como la fecha probable.
Al recordarse los 400 años de la Fundación de Piura, el entonces presidente Miguel A. Sánchez Cerro, estableció que en tanto no haya acta de fundación -y no está ubicada- los actos conmemorativos se realicen el 15 de julio de cada año; incluso el obelisco recuerda dicha decisión; pero, si antes esta fecha tuvo una gran connotación, a través de los años, ha sido superado.
Enrique del Carmen Ramos, un historiador piurano, con aparente rigor histórico, pretendió hacer calzar el 15 de julio de 1532 como la fecha cuando Francisco Pizarro, decide fundar Piura; otros historiadores como Juan José Vega, Miguel Maticorena y José del Busto, con mucha más prolijidad, consideran que es mucho más probable que tal hecho histórico, haya acontecido en la segunda quincena de agosto de 1532.
Hace algunos años, el profesor Eleodoro Terán Tello, con entusiasmo, intentó recrear el encuentro de estas dos culturas y sobre todo la confrontación con los caciques; como acto recreativo es válido y por eso que su nombre aparece en una placa ubicada en el Museo del lugar; sin embargo, contrasta con la posición de historiadores que realizando un análisis secuencial pretenden cerrar el debate y abonar datos mucho más confiables y creíbles.
Visitamos el lugar después del movimiento telúrico cuyo epicentro fue por el lugar y el obelisco fue partido; transcurrido el tiempo y en nuestra nueva presencia, observamos que ha sido rehabilitado y además, enlucido, resaltándose los motivos de tales elementos culturales y otros como las esculturas centrales, en un parque espacioso, donde se yerguen el conquistador, un cacique y el cura Valverde.
Confiando en el valor turístico del lugar, pero igualmente convencidos de la necesidad de solidaridad con la población local, estudiantes de la Facultad de Administración Hotelera y Turística de la Universidad Nacional de la Frontera, se pasean a la espera de ir hacia el lugar escogido para compartir gestos de Navidad, un elemento religioso que es heredada de ese sincretismo en el encuentro cultural que significó la conquista.
Un templo lleva al recuerdo y hacia Tangarará igualmente llegó una delegación de los Heraldos del Evangelio, realizaron una misa y relievaron la religión católica; luego, sabían que estaban en un lugar señalado como histórico, y no dejaron de registrar su presencia en este valle; existe un museo, que pretendimos visitar, pero entendemos que el día fue, de repente, inadecuado.
Tangarará tiene valor histórico, no cabe duda; que las autoridades distritales por lo menos vienen mejorando los espacios púbicos y construyendo otros, como es el caso del Museo; sin embargo, el entorno aún no se suma en una propuesta, que imite de repente lo que se observa en el “Barrio Paisa” en Medellín, donde la oferta turística recrea sus orígenes y en caso que mencionamos es posible los de Piura.
Porque Piura, es su primer asentamiento, también es su traslado hacia Piura la Vieja e igual, Piura pasó a la zona de San Francisco, para finalmente, asentarse en el Chilcal, donde se ha levantado una ciudad que así como se construye se deconstruye con fenómenos pluviales. Mirar hacia atrás y en perspectiva, son los mejores elementos para hacerla crecer como corresponde.

