ERP. La región Tumbes, ubicada en el extremo norte del país, está conformada por tres provincias: Tumbes, Zarumilla y Contralmirante Villar. La mayoría de sus centros poblados se ubican cerca del litoral, mientras que otros se extienden hacia la zona continental, donde destacan recursos naturales de enorme valor como el Parque Nacional Cerros de Amotape, la Reserva Nacional de Tumbes y los Bosques de Tumbes.
En los últimos años, la capital departamental ha mostrado importantes avances comerciales. Sin embargo, persisten vulnerabilidades asociadas al río Tumbes, cuyo caudal suele desbordarse en épocas de lluvias intensas, afectando viviendas, cultivos y la economía local.
Tras las emergencias climáticas, la ciudad recupera su ritmo habitual. Las áreas cercanas al malecón vuelven a ser utilizadas para actividades recreativas y los bares y restaurantes —que funcionan con normalidad en temporada seca— retoman su dinamismo.
La Plaza de Armas continúa siendo un símbolo de identidad tumbesina. Es punto de encuentro para los pobladores, un espacio para descansar después del trabajo o tras un viaje breve al vecino Ecuador, con quien comparten tradición, cultura e historia fronteriza. En uno de sus laterales se ubica la Municipalidad Provincial de Tumbes, cuyo frontis alberga el busto del comandante Juan Valer Sandoval, héroe de la democracia. También destacan la Catedral de Tumbes y la sede del Ejército Peruano, resguardando la soberanía en la frontera norte. Cada tarde, a las seis, se realiza el arriado de las banderas con un marcado sentimiento patriótico.

El comercio también ha tomado nuevo impulso con la apertura de centros comerciales en la zona alta de la ciudad y a lo largo de la Panamericana Norte, complementando la actividad tradicionalmente concentrada en el distrito fronterizo de Aguas Verdes, frente a Huaquillas (Ecuador).
A la agricultura y la pesca, Tumbes ha sumado con fuerza el turismo, que hoy constituye una oportunidad real y creciente a lo largo de su litoral. En esta ocasión visitamos Puerto Pizarro, donde la economía se articula alrededor de los manglares, las islas aledañas y las actividades de pesca y comercio que dinamizan el flujo turístico.
La mezcla de agua dulce y salada ha permitido el desarrollo de extensos manglares y de recursos bentónicos que alimentan la gastronomía local. El producto estrella es la concha negra, altamente nutritiva y muy apreciada en la cocina norteña. Su extracción se realiza entre las raíces del manglar y luego se comercializa en restaurantes de la zona o con compradores que abastecen otros mercados.
Don Juan Flores, quien traslada diariamente a visitantes entre las islas, destaca que en Puerto Pizarro existe un orden adquirido por generaciones: algunos prestan servicios gastronómicos, otros transportan turistas hacia la Isla del Amor, la Isla de los Pájaros o hacia la zona donde se crían cocodrilos, accesible solo en marea alta. Doña María, por su parte, espera a los viajeros en la Isla del Amor con los platos que son su especialidad.
Tumbes, región fronteriza por excelencia, mantiene un flujo constante de comercio y migración binacional. Hoy, su capital ofrece una variada gama de productos y servicios que fortalecen el intercambio con el Ecuador. Asimismo, desde Puerto Pizarro hasta Contralmirante Villar se ha consolidado una creciente oferta hotelera que atrae a turistas nacionales y extranjeros, convirtiendo al departamento en un destino en expansión y lleno de oportunidades.

