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Jue, Jul

miguel godosERP/M.Godos. Mi madre me parió cuando no había acabado su adolescencia pero me nutrió de amor para el resto de la vida. No hay palabras para expresarle la gigantesca gratitud del corazón. Ni poesía tan hermosa para decirle tú ternura nos estremece cada día. Ella se sobrepone a las borrascas del desafecto y como las pruebas de su amor inextinguible, no tienen límites, todo se transforma con hermosura inagotable. Mamá, con la condecoración de abuela, no das tregua a la alegría y a la esperanza. Y en tu diálogo interior con Dios pides más para tus hijos que para ti misma. El afán de tejer la felicidad de tus críos no tiene tregua. Repartes, como el rocío matinal, gotitas de cariño a los que más quieres, todos los días.

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