ERP. La población de la ciudad de Piura y de la región en general, tiene nuevas responsabilidades que cumplir ahora y siempre. El “Fenómeno el Niño” ocurrido en el mes de marzo del 2017, nos develó como territorios totalmente vulnerables y expuestos a riesgos naturales. La urbanización en lugares mucho más seguros es un imperativo y la planificación y medio para antelarse a los peligros.
El Director Ejecutivo del Centro de Planeamaiento del Gobierno Regional de Piura Econ. Juan Manuel Aguilar Hidalgo, aún recuerda los momentos y los mira en perspectiva "No es un asunto netamental de planificación. sino de cumplimiento de lo existente para no exponer a la población" es lo que indica para ratificar que lo sucedido "no debería repetirse jamás".
Quedará en la memoria de miles de piuranos y peruanos, el efecto destructivo de su río. El agua amenazando en las orillas por fluir con mucha más fuerza destructiva, quedará latente en la memoria de los piuranos, las calles llenas de agua de Piura; las viviendas inundadas de Castilla; las casas destruidas de Catacaos, Cura Mori, y otros pueblos del Bajo Piura, donde no solo eran las viviendas las perjudicadas sino igualmente las familias obligadas a salir de su hogar.
Crecientes siguen siendo las grandes amenazas para poblaciones ribereñas
Los recuerdos de grandes negocios inundados y destruidos, de pequeñas empresas con la pérdida total de su stock, el fango que tardó en secar primero y que dejó llena de polvo que nadie supo enfrentar con mucha más sapiencia técnica. La imagen del recuerdo, igualmente nos mostrará a un gobernador desubicado y sin mayor capacidad de reacción y muchos alcaldes separados de sus competencias, no solo por el impacto de las aguas, sino igualmente por decisión del Gobierno Central y abandono del Gobierno Regional.
Dialogamos con Socorro Fossa, quien reside en una de las calles de Castilla que fue inundada. Por emergencia tuvieron que salir todos de su vivienda afectada, el recuerdo se encuentra vívido y con la semblanza de preocupación nos alecciona "Muchos nos vimos sorprendidos por las agua con lodo que inundaron nuestras casas, pudo ser peor, pero felizmente salimos con tiempo, nadie nos apoyó", reflexiona. Ha regresado a su hogar previa inversión para recuperar lo perdido, expresa que siempre se preguntan si "¿Volverá a llover?" y la duda queda.
Negocios y viviendas destruidas en urbanización Ignacio Merino de Piura
Se mirará como una acción muy buena y aparentemente inexistente del valor de la solidaridad de la propia población. El problema fue de todo, pero mucho más para los más perjudicados y hacia ese sector se dirigió las acciones de apoyo y ayuda. La población misma con sus propios recursos superando barreras y limitaciones, condoliéndose con el dolor ajeno, estuvieron socorriendo a quienes lo necesitaban.
La profesora Angélica y sus hermanas, viven lejos de los lugares donde ocurrió el desastre, tienen presente los rostros de dolor y desesperanza de la población, ellos visitaron diversos lugares del Bajo Piura y nos expresa "Todos los piuranos no afectados directamente, querían ayudar y lo hacíamos, nos recibían con desesperación, luego vimos demasiada improvisación y poca planificación. Nunca se ha realizado algo frente al riesgo de lluvias e inundaciones y solo nos preparamos para terremotos" nos sostiene.
Fue la población más necesitada la que pasó los peores momentos, pero la solidaridad coadyuvó a disminuir problemas
Lo ocurrido de igual manera nos actualizará que el mes de marzo del 2017, fue una prueba a las acciones de planificación y su utilidad. Planes de desarrollo existentes, pero poco útiles; planes de acondicionamiento territorial inexistentes, desarrollo urbano sin mayor prevención, mapa de peligros no usados y en todo ese laberinto, localizaciones de viviendas en zonas vulnerables.
Martín Cornejo Cornejo, es especialista en planificación y estima que muchas pérdidas materiales e incluso la afectación a las personas se pueden evitar. "Los mapas de peligros y todo el trabajo que se realiza en planificación debe pensarse bastante bien, discutirse con prolijidad y luego, consensuar su ejecución. Existen zonas vulnerables y pasado el desastre, han retornado al mismo lugar, y seguro esperando que no vuelva a suceder más".
Planes existen, problemas diagnosticados igual, pero autoridades no los cumplen
Todo lo acontecido en el 2017, fueron problemas urbanos y por lo tanto, más sentidos por la gran densidad poblacional que existe. Tanto como Piura, igualdad de problemas la tuvieron Sullana, Paita, Talara, pueblos del Bajo Chira, provincia de Sechura y parte de los distritos que se ubican en los márgenes del río Piura; igualdad de destrozos y por lo tanto de problemas, se constataron en el distrito de Tambogrande y siguiendo la cuenca poblaciones de la provincia de Morropón.
Sin embargo, las poblaciones de la sierra esperan su oportunidad. Desean que sus caminos sean seguros y preparados para lluvias y otros eventos naturales. Recientemente, 5 personas murieron en la vía hacia Huancabamba y esa carretera no es menos mala que otras que tiene la serranía. Mirar con mayor responsabilidad, también es adentrarse en los problemas de infraestructura, sociales y económicos de las provincias de la sierra.
Carreteras de la sierra siguen siendo prioridad pendiente en la planificación
Quedará como mal ejemplo, la torpeza de las políticas de gobierno. En tanto que las familias luchaban por levantarse y tener siquiera un punto de apoyo, la parte oficial no contempló en absoluto la parte tributaria. Pérdidas y más pérdidas, pero ni medio sol de descuento para sus obligaciones tributarias. Sus negocios estaban en el suelo, pero para el gobierno ese no era su problema y por lo tanto, tuvieron que levantarse solos y sin ayuda de nadie.
En efecto, una de las carencias que se evidenció en el desastre, fue la existencia de una planificación municipal y regional más fuertes y más condicionantes. Por una parte, las municipalidades no tienen ni recursos ni autoridad para planificar su territorio y no solo eso, nadie le presta respaldo y asistencia técnica para lograrlo.
Gobernador de Piura demostró total incapacidad para entender los problemas regionales
La misma situación enfrenta el Gobierno Regional de Piura, el cual se desenvuelve entre el día a día y solo el cumplimiento formal de la planificación, le da énfasis a la búsqueda de recursos para inversión y más allá de su importancia, se supedita a las flexibilidades o rigideces del gobierno central. Su voz es muy débil y las instituciones en las cuales participa solo son inmediatistas, pero no existe mayor claridad para entender estos procesos.
Algunas acciones de rehabilitación y reconstrucción se observan en diversos lugares. Está bien porque permite recuperar la parte pública. Otras demoran en llegar y se debaten entre la parte presupuestal, la viveza de algunos funcionarios públicos, la acción de la Contraloría y el centralismo. En tanto, las vías se encuentran destruidas, los puentes no recuperados, los barrajes en las ciudades sin realizar, las viviendas en zonas vulnerables y los riesgos en igual magnitud.
Para el regidor de la Municipalidad Provincial de Piura Christian Requena Palacios "Se viene trabajando y analizando soluciones integrales para Piura. Se espera tener un proyecto de drenaje de la ciudad y un plan de manejo de la cuenca del río Piura, lo cierto y lo esperado es que este desastre no se debe repetir".
Tenemos la obligación de ser más responsables y dar más énfasis a la planificación, pero seguimos actuando con las mismas irresponsabilidades y otras lluvias con iguales o superiores nos causarán igual daño que lo acontecido en el 2017. ¿Alguna vez aprenderemos de la experiencia?. Por lo tanto, queda como aciaga lección lo sucedido en 1972, lo repetido en 1982-83 y lo vivido en 1997-98. Destrozos y después olvido. Lo vivido en el 2017, no debe ser lo mismo, debe aprenderse del dolor y enrumbarse hacia la prevención. No es imposible.
Para el Arq. Carlos Tafur Guerrero, tener una Piura segura implica "Un tema de liderazgo y de actitud, competencias para gobierno regional y municipales, trabajo consensuado para riesgos y obras bien planificadas que contemplen lo que hemos vivido, lo visto tras el desastre crea lecciones y acciones y consensos necesarios" sostiene y justamente es lo que la población demanda.