ERP. Por Ley 23378, del 28 de abril de 1982, promulgada por el Presidente Constitucional Fernando Belaunde Terry, la nación peruana reconoció como precursor, prócer y mártir de la emancipación peruana en la rebelión emancipadora de 1780, a Pedro Vilca Apaza, cuya memoria se guarda junto a la de preclaros peruanos/as protagonistas de la independencia del Perú, por cuyo ideal murió el 8 de octubre de 1782.
Por Miguel Arturo Seminario Ojeda
Responsable del Museo Electoral y de la Democracia de la DNEF del Jurado Nacional de Elecciones
La conmemoración del Bicentenario de la Independencia ha fortalecido el alma nacional de los peruanos, en los años del Bicentenario de la proclamación de la independencia, hasta la conmemoración del Bicentenario de las batallas de Junín y Ayacucho; conmemoración que continua el 2025, por ser un año de bicentenarios gloriosos de varios personajes de la independencia.
Pedro Vilcapaza
Uno de los personajes que ha estado presente en este escenario, es Pedro Vilca Apaza, o Pedro Vilcapaza, que aunque no es popularizado en la memoria colectiva, su nombre está en la historia nacional, asociado a la gesta de Túpac Amaru, protagonista de la rebelión de 1780, contra el dominio hispano en el Perú.
A Pedro Vilca Apaza Alarcón se le recuerda como el "Puma indomable", nació en Morco Orco, Azángaro, Puno en junio de 1741. Hijo de Cleto Vilca Apaza y de Juana Alarcón, era descendiente del soberano colla Ruquisapana, gobernante en la zona puneña en época prehispánica, ampliamente registrado en la historia del altiplano.
Como lo hemos señalado en más de una ocasión, en la segunda mitad del siglo XVIII el virreinato del Perú fue conmovido por serias rebeliones, que como las de Juan Santos Atahuallpa, en el Gran Pajonal; encendieron los ánimos, levantando a muchos peruanos contra el gobierno español. Previamente, la zona virreinal del Alto Perú, se vio conmovida por el levantamiento de Juan Vélez de Córdova, patriota moqueguano que vivía en esa región y se levantó en Oruro, en 1739. Tras estos sucesos, comenzaría la militarización del virreinato del Perú.
Sin embargo, sería la gran rebelión de Túpac Amaru, la que generaría una gran preocupación entre las autoridades virreinales, que tuvieron que usar todo tipo de mecanismos para combatirla, la represión social se ejerció como nunca en el virreinato del Perú. En este universo, es que al lado de Túpac Amaru emerge la figura de Pedro Vilca Apaza, y de valeroso hombres y mujeres que dieron su vida por la patria.
Se asegura que Pedro Vilcapaza estudió en el Real Colegio de San Bernardo del Cusco, y se dedicó al comercio, trasladando plata entre Potosí y el Cusco, lo que le habría permitido iniciar una amistad con José Gabriel Condorcanqui, y en sus recorridos por esas zonas altoandinas, palpó las condiciones de vida miserable de su pueblo, haciendo empatía con sus connacionales, víctimas del aparato represivo hispano, y que vanamente esperaban un trato más justo.
Túpac Amaru y sus huestes libraron grandes enfrentamientos contra los realistas, encuentros, combates y batallas en el sur peruano, y en tierras del naciente virreinato del Río de la Plata, algunas victorias, y otras, derrotas, lo cierto es que con él se lanzaron contra el poder hispano, todos los que abiertamente proclamaron que la América debería recuperar su independencia.
Pedro Vilca Apaza, después de la muerte de Túpac Amaru, de su esposa, y de otros líderes de la rebelión, continuó con el alzamiento en las provincias del sur del Cusco y Puno, fijándose como objetivo la toma de Sorata partiendo varias columnas cusqueñas y azangarinas, bajo su mando, y de los jefes militares veteranos, como Miguel Bastidas y Andrés Túpac Amaru, sin poder tomar la capital de Larecaja, en este intento.
El segundo sitio de Sorata comenzó el 4 de mayo de 1781 con un ejército de 20 000 indígenas y para vencer la resistencia de la ciudad, se represó el río para lanzar sus aguas contra las defensas. Eran tiempos de guerra inspirados por el ideal libertario, la patria demandaba la restitución del Estado soberano de los incas, y había que luchar por conseguirlo.
Los realistas por su parte continuaron con sus estrategias para provocar la deserción de los rebeldes ofreciendo el indulto, eran mecanismos que siempre se habían utilizado desde la antigüedad, y aprovechando que a veces surgían conflictos internos entre los contrarios, hasta los romanos supieron aprovecharse de estas situaciones en su momento.
Finalmente los realistas vencieron a Vilca Apaza en Condorcuyo, por lo que se replegó a Puno y Huancané; a fines de 1781 se firmó una capitulación con los rebeldes que aceptaron el indulto, pese a la negativa de rendición de Vilca Apaza, quien se levantó nuevamente en Azángaro, y tras varias acciones contra españoles cayó prisionero, siendo ajusticiado el 8 de abril de 1782.
La memoria de Pedro Vilcapaza
Varias instituciones educativas llevan el nombre de Pedro Vilca Apaza, nombre que para los puneños es imperecedero. Hay calles e instituciones que se llaman como el gran tupacamarista que rindió su vida, confiando en la existencia de un Perú mejor para todos sus hermanos, sin opresores, y sin oprimidos.
En la provincia de San Antonio de Putina, en Puno, uno de los distritos ha sido nominado Pedro Vilca Apaza, el distrito fue creado durante el segundo gobierno de Manuel Prado Ugarteche, el 17 de marzo de 1962, por Ley Nº 14045, y desde el 12 de junio de 1989 es parte de la nueva provincia de San Antonio de Putina, manteniendo como su capital al núcleo urbano de Ayrampuni.
Todos los patriotas peruanos que apostaron por la independencia, sembraron ese camino que seguiría luego por los surcos de la democracia que empezó a practicarse de manera incipiente en 1809 y 1810 en el Perú, y a seguir un modelo ordenado, de acuerdo a la Constitución de Cádiz del 19 de marzo de 1812.