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Lun, Dic

Las matemáticas electorales que jamás se hicieron

Nelson Peñaherrera
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nelson penaherrera castilloERP/N.Peñaherrera. De los mismos creadores de 'Lo que la turba se llevó', filmada en escenarios naturales de Ignacio escudero, y 'Sácame el acta pero llévame contigo', que muestra impresionantes locaciones de Cristo Nos Valga, llega la más reciente producción de Perromundo y la Rede Globo de Fiesta Patronal: 'Por Mi Cautivito que Marchena no regresa', donde toda la acción sucede en la plaza de armas de Ayabaca.

la trama es parecida a las anteriores: un movimiento electoral perdedor no se resigna a aceptar que su pueblo haya reelegido al alcalde, encuentra votos golondrinos donde nadie antes los había detectado y arma un despelote donde exige la presencia hasta de la que espeta 'cállate o te castigo'.

¿Sonaly no bastaba? Bueno. Sigamos.

Hablando en serio, tenemos otra protesta, esta vez en Ayabaca, 'estratégicamente' activada justo después que pasaron los días pico de la fiesta del Cautivo.

El motivo: quienes protestan (los titulares dicen la población, pero ¿han visto las fotos?) dicen no estar de acuerdo con el resultado del conteo final de las instancias electorales, y, en serio, si no han pedido la intervención de las Kardashan es porque no son populares por acá.

Pero, ¿es el estado Peruano responsable de esos finales de fotografía, donde cada candidazo aventaja por una nariz?

Fíjate que los lugares donde hay protestas un día sí y el otro también son aquéllos en que la oferta electoral era diversa, demasiado para las cuotas de votantes que existen.

¿Cómo se entiende esto?

Tranquilidad, gente. si algo hemos aprendido aquí es que las cosas deben explicarse con naranjitas y manzanitas, pues buena parte de la lectoría son políticos que no aprobaron el kindergarten.

Si por cada 100 votantes, tenemos hasta diez opciones electorales distintas, adivina cómo podrían repartirse equitativamente la cantidad de votantes.

Ahora bien, ¿un gobierno local o regional tiene gobernabilidad con apenas la décima parte de las preferencias?

Lógico que cuando se vota, las cuotas no son equitativas, pero pensemos en una relación 4-3-2-1.

Así, la primera opción tiene 20, la segunda 15, la tercera 10, la cuarta 5, y las seis restantes deben conformarse hasta con medio voto.

Por donde se mire, la situación es insostenible, pues la sociedad está tan fragmentada que será inútil para adoptar consensos... salvo que hablemos del 10% de comisión, pero ése es otro tema. Retomemos.

¿Y qué pasa cuando la opción con mayor votación es un reelegido a la primera o ya reincidente?

¿en serio es culpa de las instancias electorales, del sistema legal peruano, o culpa de los partidos y movimientos en contienda?

Quienes pensaron en las dos primeras opciones como respuesta, por favor, reconsideren su idea. La alternativa correcta es culpa de los partidos y movimientos en disputa.

Regresemos a los números.

Si en vez de diez opciones, las reducimos a cinco, la cuota estimada en nuestro modelo podría ser más holgada: 40%, 30%, 20%, 8% y 2%.

Si reducimos la oferta mucho más, los porcentajes se amplían y con ello las ventajas.

Claro que el modelo no necesariamente debe respetar ese plan de cuotas, pero si los opositores querían lanzar un tope a la reelección (permitida por la ley), ¿por qué no formaron una candidatura de consenso? De ese modo, en el peor de los casos, la proporción podría quedar un 55%-45%.

La respuesta es bien simple: porque la oposición tiene pocas habilidades para dialogar, factor clave previo para el consenso.

Entonces, no pidan que el estado se haga responsable por una torpeza en la planificación estratégica de una campaña electoral (¿sí saben qué es eso, no?), especialmente en un territorio donde había una reelección en progreso.

Y a ver si se dejan de exigir hasta la presencia de Superman.

(Opina al autor. Síguelo en Twitter como @nelsonsullana)

 

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