ERP. En medio de una nueva controversia diplomática con Colombia, el gobierno peruano ha reaccionado tardíamente para defender la soberanía sobre la isla Santa Rosa, ubicada en el distrito del mismo nombre, en la provincia Mariscal Ramón Castilla, región Loreto. Esta zona de frontera, como muchas otras en el país, ha sido históricamente relegada por el Estado, que prioriza a las grandes urbes y deja en el olvido a las poblaciones fronterizas.
La tensión se desató tras declaraciones del presidente colombiano Gustavo Petro, quien denunció que el Perú habría invadido territorio colombiano, violando supuestos pactos fronterizos. En respuesta, la Cancillería peruana, a pesar de la ausencia del canciller Elmer Schialer —quien se encuentra de viaje en Japón e Indonesia—, rechazó rotundamente la acusación y afirmó que la isla Santa Rosa pertenece legítimamente al Perú, contando con jurisdicción establecida desde hace décadas.
Sin embargo, la presencia del Estado en esa zona es casi inexistente. Recién ahora, ante la presión mediática y diplomática, el Premier Eduardo Arana Ysa ha llegado al distrito de Santa Rosa para dialogar con la población y escuchar sus demandas. Pero los habitantes tienen claro que sus necesidades han sido históricamente desatendidas. Ellos aseguran que dependen en mayor medida de Brasil, en parte de Colombia, y solo en menor grado del Perú para su subsistencia.
Visita de Eduardo Arana a Isla Santa Rosa
La movilización tardía del gobierno central no convence a los pobladores, quienes temen que las actuales promesas no se traduzcan en acciones sostenidas. Mientras tanto, se espera que esta disputa diplomática no derive en una confrontación mayor y que se priorice el diálogo respetuoso entre ambas naciones.