ERP. Alrededor del 30 % de los niños, niñas y adolescentes de 2 a 17 años tiene riesgo de presentar alguna dificultad de tipo emocional, conductual o de la atención, reveló el estudio 'Salud Mental en Niñez y Adolescencia en el Contexto de la COVID-19', elaborado por el Ministerio de Salud (Minsa), con apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La Dirección de Salud Mental del Minsa informó que este trabajo de investigación se desarrolló entre el 23 de octubre y el 25 de noviembre con la participación de más de 20 mil personas, de las cuales 12 593 encuestas fueron respondidas cumpliendo los criterios de inclusión aprobados previamente por un comité de ética.
Al respecto, July Caballero, coordinadora de la estrategia de salud mental en niñez y adolescencia de la Dirección de Salud Mental, recordó que desde el inició la pandemia los menores de edad han sido los que mayores restricciones han sufrido.
“La cuarentena para ellos fue más prolongada que para el resto de la población y tuvieron que experimentar cambios relacionados con la educación a distancia y la interrupción de sus relaciones sociales y familiares”, acotó.
De acuerdo con la especialista, estos factores pueden contribuir con el incremento del riesgo de presentar problemas de salud mental. “A estos podemos sumar otras variables como la pérdida de trabajo de los cuidadores, violencia familiar, recrudecimiento de la pobreza, situaciones de duelo por la pérdida de familiares cercanos, entre otros”, agregó Caballero.
La médica psiquiatra advirtió que el estudio encontró que la presencia de dificultades socioemocionales en niñas, niños y adolescentes es mucho más frecuente en aquellos cuyos padres, madres o cuidadores tienen síntomas depresivos, en comparación de aquellos cuyos cuidadores no presentan síntomas depresivos.
“También es importante resaltar que a los menores que no les agrada la escolaridad virtual o tienen dificultades académicas están en mayor riesgo de desarrollar dificultades”, agregó.
Caballero formuló un llamado a los adultos para visibilizar la necesidad de cuidar la salud mental de los menores de edad y redoblar los esfuerzos en respetar las recomendaciones de bioseguridad y prevención del contagio de coronavirus para evitar confinamientos prolongados.
“Los niños, niñas y adolescentes asumen las consecuencias del comportamiento de los adultos, por eso es importante que tomemos las mejores decisiones que permitan reducir el potencial impacto negativo de la pandemia en su salud mental; el bienestar de las niñas, niños y adolescentes es un compromiso de todos”, finalizó la especialista.