ERP. La ciudad de Sullana, segunda en importancia en el departamento de Piura, se ha convertido en los últimos lustros en un territorio marcado por el caos urbano, producto del crecimiento acelerado del parque automotor, la alta densidad vial, la ejecución desordenada y lenta de obras públicas, y la incapacidad de las autoridades locales para dar solución a problemas estructurales que se arrastran por años, como el caso del Canal Vía.
Bastaría mirar una muestra, la Municipalidad de Sullana, debe enfrentar todos estos problemas; sin embargo, podrían gestionar mejor la operatividad y funcionamiento de la ciudad, pero tienen recursos humanos que son de otros lugares, se desplazan cotidianamente, desperdiciando importante tiempo a favor de las urgencias, más allá de su desconocimiento de la realidad.
El exregidor provincial de Sullana Lic. Fernando Brossard Del Rosario es contundente en su apreciación “Existen debilidades: ineficiente gestión política y administrativa por ausencia de visión, decisiones sin rigor técnico y político y carencia de un diseño correcto de prioridades producto de una mediocre estructura profesional sin compromiso y sin articulación interna entre los diferentes órganos de gobierno y de ejecución y con aislamiento de la población. Un alcalde voluntarioso y esmerado pero sin liderazgo, confrontacional y torpe”.
Agrega, pensando en como resolver la problemática que "el desafío en el tiempo que resta: mejorar servicios en gestión ambiental, de seguridad, y de ordenamiento urbano; necesariamente con participación de la ciudadanía. En inversión encaminar o concretar los proyectos de saneamiento paralizados y en ejecución, la prevención frente a lluvias y dar solución al problema del comercio ambulatorio en la Av. Buenos Aires. Nada más, y se puede con un cambio de actitud y estrategia”.

La culpa es todos los niveles de gestión
La dilación e incompetencia no solo es municipal, también compromete al Gobierno regional e instancias del nivel central, como por ejemplo, las vías nacionales abandonadas a su propia dinámica de uso.
El Gobierno Regional de Piura, viene realizando inversiones en la provincia de Sullana, una de ellas, es la prolongación de la avenida José de Lama, la misma que tiene un bajísimo nivel de avance, lo que obliga a buscar vías alternas para ir al sector oeste; en estas calles existen colegios y los alumnos pasan un vía crucis para llegar a tiempo o salir de su centro de estudios. Bastaría desplazarse a las 7 de la mañana por la Panamericana para constatar deficiencias.

Diario El Regional de Piura, visitó las obras de la prolongación de la avenida José de Lama, desde el Óvalo Turicamari, evidenciándose un trabajo lento; sin embargo, se aproxima diciembre y el verano y las lluvias estacionales podrían afectar la calidad de las mismas. Conocimiento del territorio implica tener en consideración los períodos efectivos de ejecución.

Pero las obras nuevas complementan otros sectores como por ejemplo pavimentación de vías en las cercanías del colegio San Pedro Chanel y de la avenida El Alto, esta última destruida por lluvias anteriores, dejada al azar. Paralelamente se dispuso las instalaciones de las redes de gas, que en algunos casos interrumpen la transitabilidad como es el caso de la avenida Marcelino Champgnat.
Avenida El Alto, calle don Bosco y otras
Planificar una ciudad requiere conocimiento territorial y técnico; desde este medio sugerimos hace años que se rehabilite la avenida El Alto, destruida por las lluvias; recomendados con el aporte de técnicos que se pavimente la calle Don Bosco hasta Héroes del Cenepa; pero igualmente debe pensarse la ciudad para generar vías alternas en Sánchez Cerro y José Carlos Mariátegui, sacando vías que potencien el urbanismo y generen motores de desarrollo. Los responsables son sordos.
Bastaría lanzar una obra que una la calle Santa Elena desde el Canal vía; hasta le Vía Panamericana (Carretera Sullana- Puente Internacional), es solo una mención, pero las autoridades debería recordar las enseñanzas de don José Antonio Burgos Ramos, un hombre visionario que supo identificar prioridades y ejecutar con los recursos asignados, desde aquellos años, Sullana, ha pasado de ser una ciudad jardín a una caótica.
Colegio Salaverry abandonado y canal Vía, “La desvergüenza”
Sin duda que la mayor vergüenza de esta provincia son dos obras; una la del colegio Carlos Augusto Salaverry ejecutado por el Pronied y abandonado a su suerte y el otro, más calamitoso que el anterior es el canal vía, no solo un antro de aguas putrefactas, residuos sólidos y botadero público; sino afectado para el uso normal en tiempos de normalidad. ¿Tan difícil resulta encontrar soluciones a estos problemas?

El canal Vía, tantas veces denunciado es un ducto lleno de aguas servidas y basura desde la avenida Marcelino Champagnat, cruzando el Hospital de EsSalud, colegio Complejo Educativo, mercado de abastos, colegios en la zona después de la Transversal Tarapacá y para ilustrar la desvergüenza de gestión, los comerciantes del Mercadillo trabajan con las aguas podridas de este ducto.
Recientemente hubo una pequeña lluvia, y reflejó en el papel, la carencia de un plan de evacuación de aguas pluviales; estudios y solo estudios, sin embargo, de obra efectiva nada; sucede lo mismo que con el famoso proyecto de aguas residuales de Sullana y Bellavista, que fue abandonado con la misma irresponsabilidad de otras obras. Responsabilidad funcional y supervisión constante, es lo que se necesita.

La inseguridad ciudadana
Es un problema nacional con altos índices en la provincia de Sullana; las calles polvorientas de esta ciudad caótica, se tiñen de rojo consecuencia de las balas; del ostentoso proyecto de videocámaras solo existe el papel y unos puestos inservibles; luchar contra este flagelo es tener equipamiento que incluye calles transitables, iluminadas, vigiladas, pero o no se quieren dar cuenta o no pasan del lamento.

Finalmente
Cuando no existe planificación y capacidades gerenciales a lo caótico se suma el incremento de problemas sociales y también económicos, negocios que pierden, unidades de transportes que gastan más combustible y mantenimiento, padres de familia que viven en tensión ante el desorden, inseguridad ciudadana constante que encuentra las condiciones para mantenerse. En este sentido, la Policía Nacional del Perú, se esfuerza en unos casos, pero queda sumergida en la ineficiencia con la corrupción policial.
Pronto tendremos una ciudad inundada por carteles de propaganda; de personajes conocidos y de otros desconocidos que usan apodos para promocionarse, por ejemplo “Churrupaco”; pero lo que viene es la campaña nacional y después se pasará a la regional y municipal, será la hora que el ciudadano decida y exija eficiencia y capacidad técnica.

