ERP. Cuando la patria llama a sus hijos, acuden a su llamado sin importar rangos y ocupaciones, sin distinguir sexo o procedencia regional, si la patria está en peligro, su llamado incluso suele ser una inspiración para la poesía, y también una ocasión para reconvenir comportamientos anteriores, que obedecieron al imperio de las circunstancias.
Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda
Director del Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones
El sur peruano, tempranamente fue protagonista de una serie de levantamientos que alteraron el orden social impuesto por los hispanos, héroes y heroínas dejaron huellas tremendas de valor, y de amor por su tierra, que era la heredad de sus antepasados; a continuación del sur peruano, en jurisdicción de la Audiencia de Charcas, el espíritu patriótico de sus habitantes había dado ocasión para que muchos patriotas fueran sacrificados en el camino hacia la independencia, pero nada de eso los detuvo, ni siquiera el develamiento de la insurrección del 25 de mayo de 1809.
Hay acontecimientos que se han quedado marcados en la historia, o sobre los que abundan más fuentes con respecto a otros episodios, lo que los ha llevado a su popularización, conocimiento múltiple, que también crece por el impacto de los hechos bélicos, y porque sus protagonistas son personajes popularizados, e idealizados incluso en la literatura popular, caso de Mariano Melgar y de Mateo Pumacahua.
No hay libro relacionado con la historia, que no los mencione en la primaria y la secundaria, mientras que otros hombres y mujeres, tan valiosos y llenos de méritos, a veces tienen que abrirse paso, apoyados en fuertes presiones, cuando sus paisanos organizados, buscan su reconocimiento ante instancias oficiales.
Mariano Melgar
Mariano Melgar nació en Arequipa el 10 de agosto de 1790, y murió fusilado en Umachiri, el 12 de marzo de 1815, desaparición física que lo inmortalizó, como poeta y como patriota. Fue hijo de Juan de Dios Melgar y Andrea Valdivieso Gallegos. Su faceta de poeta, no exime conocerlo como un revolucionario independentista, con actuación desde 1812, como se puede comprobar, por las letras que dedicó a la Constitución de Cádiz, puente que convirtió a los americanos, de súbditos, en ciudadanos.
Participó en la guerra por la independencia, incorporándose en 1814 como auditor de guerra en el ejército del cacique Mateo García Pumacahua. Fue tomado prisionero en la batalla de Umachiri y fusilado al día siguiente en el mismo lugar, cuando apenas tenía 24 años de edad, de lo contrario su producción literaria fuese mucho más grande.
Mariano Melgar actuó de acuerdo al espíritu de la época, sintió la fuerza telúrica de la patria que lo llamaba, pese a que inicialmente tomó el camino religioso, que dejó de lado en 1812, cuando abandonó la carrera eclesiástica por el amor que sentía por María Santos Corrales, inmortalizada como Silvia. A fines de 1812, escribió la “Oda a la libertad”, registrando poéticamente, su fe en un futuro de igualdad, por el que luchó.
Mateo García Pumacahua
En agosto de 1814 estalló la rebelión de los hermanos Angulo y Mateo García Pumacahua del Cusco, Melgar fue a Chuquibamba, y se enroló en las tropas patriotas que apoyaban al ejército del Cacique de Chincheros. Pumacahua salió del Cusco rumbo a Arequipa con la intención de tomar la ciudad, y efectivamente, esa campaña exitosa los condujo a la victoria de la Apacheta y ocuparon Arequipa.
Tras la reacción realista abandonaron la ciudad dirigiéndose a Puno. El 11 de marzo de 1815, se libró la batalla de Umachiri, contra los realistas, con la victoria del ejército fiel al Rey. Melgar fue capturado y juzgado sumariamente, fue condenado a muerte, y fusilado al día siguiente, no sin antes reiterar a los realistas, que en vano luchaban contra la libertad e independencia de América, confiaba en la libertad del continente.
Existe un busto de Mariano Melgar en el Panteón Nacional de los Próceres, y una provincia del departamento de Puno se llama Melgar, como se llaman también instituciones educativas, una canción, calles y avenidas que perpetúan su nombre.
A Pumacahua se le considera en la memoria de los precursores, y próceres de la independencia, siendo recordado en Cusco, y en todo el país, por haber apostado por la independencia, y si bien, en una fase anterior de su ejercicio, actuó contra Túpac Amaru, en 1780, treinta años después, era abiertamente patriota.
No hay que enjuiciar y poner en contra de Pumacahua, el haber sido realista primero, y después patriota, luchando previamente contra la libertad de su patria y de América. Fue la experiencia de muchos, como son los casos de Ramón Castilla, Agustín Gamarra, y José de La Mar, realistas primero, y patriotas después.
Recordemos que, ante la reacción de los realistas, Pumacahua dejó Arequipa el 30 de noviembre y se dirigió a Cusco y Puno, pero el 11 de marzo de 1815, el ejército que comandaba fue derrotado en Umachiri (Puno), y tomado preso en Sicuani, se le sentenció a morir decapitado, pena que se llevó a cabo el 17 de marzo, inmortalizándolo.