ERP. En tanto que en Venezuela su presidente Nicalás Maduro inicia un nuevo mandato, el éxodo de venezolanos ha reconfigurado la realidad social y económica de paises cercanos. En el caso de la innmigración a Perú es de adultos y por supuesto de menores, los cuales se ven compelidos a buscar nuevas oportunidades y condiciones para sus familias.
A la fecha, un total de 11 175 niños y niñas de 4 a 12 años recibieron atención psico emocional a través de espacios de protección ubicados en el Cebaf de Tumbes. En estos lugares encuentran una forma de distracción que les permite compartir con otros niños y niñas mientras sus padres realizan los trámites migratorios para poder ingresar al Perú. A través de actividades como el juego, canto y baile, se disipan del estrés del viaje y acceden a un espacio de juego que les brinda calma y tranquilidad.
“Son niñas y niños que llegan con altos niveles de ansiedad por las condiciones que han presentado durante el viaje”, explica Mayda Ramos, consultora de Protección para la Emergencia, de UNICEF.
El “Plan de la Alegría” es uno de estos espacios de protección que atiende 16 horas al día, con el apoyo de 10 promotores. Al ingresar a la carpa, reciben un kit básico de ropa interior y medias limpias para que puedan cambiarse y jugar libremente por el espacio que cuenta con mesitas, pizarras y colores para que dibujen, pinten y un espacio libre donde se realizan dinámicas de canto y baile en la que los niños y niñas participan activamente.
En una segunda carpa, durante las noches, se colocan colchones para que niños, niñas con sus padres y madres gestantes, puedan descansar, mientras otros familiares continúan gestionando los trámites. Esta medida dirigida al grupo más vulnerable se tomó debido a las intensas lluvias que hacen que los pisos se conviertan en grandes pozos de agua. Es por eso que las carpas se han armado sobre una base de madera que deja espacio para que corra el agua de lluvia y proteja a quienes pasan la noche.
A esta carpa también acuden los y las adolescentes que llegan sin acompañamiento familiar y necesitan regularizar su situación. En este espacio, dos promotores los acompañan durante la noche. La situación de estos adolescentes requiere que la Unidad de Protección Especial (UPE) establezca comunicación con alguno de sus padres en Perú para que puedan conseguir el ingreso al país. UNICEF ha brindado apoyo técnico y de recursos para que los responsables de la UPE se encuentren capacitados en temas de protección internacional de niños, niñas y adolescentes.
Además, de este trabajo realizado con este grupo poblacional, se ha previsto trabajar en la estabilidad emocional de padres y cuidadores. Ellos reciben acompañamiento psicosocial, de especialistas del área de salud mental, implementado por el Ministerio de Salud con el apoyo de UNICEF. “Se han atendido 3,000 personas. El proceso de migración implica estrés, angustia, ansiedad y en la medida en que los mayores estén tranquilos, los niños también lo estarán”, agregó Mayda Ramos.
A nivel global y nacional, en situaciones de emergencia, uno de los mandatos de UNICEF es el de trabajar en la recuperación psico afectiva de los niños, niñas adolescentes, padres y cuidadores. En el Perú se ha desarrollado este enfoque en las emergencias que le ha tocado vivir al país como el terremoto de Arequipa en el 2001, el de Pisco en el 2007 y en el Fenómeno del Niño Costero en el 2017, entre otros.