ERP. Cuando nos acercamos al 4 de enero de todos los años, somos conscientes que ese día es una de las fechas consideradas en el calendario regional, para ser evocadas oficialmente, y más aún, nos percatamos que esta fecha está en la memoria colectiva regional, como está presente en Querecotillo, Sechura y Paita, la rememoración de la proclamación y jura de la independencia en esos lugares, en enero de 1821.
Por Miguel Arturo Seminario Ojeda
Director del Museo Electoral y de la Democracia de la DNEF del Jurado Nacional de Elecciones
Eso ocurre, cuando se cuenta con autoridades y trabajadores del quehacer cultural, comprometidos con la difusión de efemérides asociadas a la historia de sus colectividades. Vale la ocasión para recordar, que en enero de 1971, la doctora Ella Dunbar Temple, en un discurso de orden, pronunciado en la Universidad de Piura, mencionó detalles, sobre la independencia en Sechura, multiplicándose su conocimiento y mayor información en los años siguientes.
Como lo hemos reiterado, en varios artículos, en 1994, la Municipalidad de Piura editó el libro Piura y la Independencia, de mi autoría. Han pasado 28 años desde aquél momento, y a la actualidad nuevos encuentros documentales permiten ampliar lo ya conocido, en cuanto a personajes y hechos vividos en Piura, así como protagonizados por los piuranos y piuranas en la independencia del Perú, y de países vecinos.
Y como lo verificamos actualmente, antes todo se centraba en la conmemoración del 4 de enero, fecha de la proclamación en la ciudad de Piura, en 1821, hoy la rememoración también se hace en Paita, Sechura, y Querecotillo, espacios que cuentan con un sustento documental que da pie a la conmemoración, basada en evidencias manuscritas e impresas.
Hace 202 años, el norte peruano se convirtió en un modelo para el país, por la decisión del futuro de una patria independiente. Lambayeque, Trujillo, y Chiclayo se manifestaron en diciembre de 1820, y Piura, la más antigua ciudad del Perú virreinal, proclamó abiertamente la independencia el 4 de enero de 1821, pese a que la decisión de los piuranos estaba tomada previamente, generándose antes de la invitación llegada desde Trujillo, con la certeza de la decisión tomada en esa ciudad, y por la presencia del Ejército Libertador en el Perú.
A través de conversaciones con el historiador Miguel Maticorena Estrada, coincidimos que la conciencia de patria se había fortalecido por diferentes circunstancias. En el proceso de la independencia que se aproximaba, los piuranos aparecen cercanos a este panorama. El Mercurio Peruano difundía la idea de patria, enseñaba a amar al Perú, conociéndolo a través de la lectura de sus páginas, en las que Piura no estuvo ausente.
La independencia de Piura, permanentemente nos invita a reflexionar a todos, y no solo a las autoridades sobre los sucesos de hace más de 200 años. Sabemos de conmemoraciones en Paita, Piura, Querecotillo y Sechura, teniendo en cuenta episodios de enero de 1821, ahora que se cuenta con mayor información sobre el particular, y se conoce con mayor claridad el entorno socio económico, a través de las publicaciones de las historiadoras, Ella Dunbar Temple, Elizabeth Hernández y Susana Aldana; y del doctor José Agustín de la Puente Candamo.
En 1994 publiqué 20 versiones de la independencia de Piura, complementarias unas de las otras, proyectando lo que se vivió en la ciudad de Piura, entre el 4 y el 6 de enero de 1821, y en los días siguientes, en el interior del antiguo corregimiento de Piura. Anteriormente había una sola versión, la de José María Arellano, amanuense de correos de Piura, cuyo contenido fue publicado varias veces.
En medio de este protagonismo, se entendió, que si se aspiraba a una independencia, se requería del concurso y participación de todos los piuranos, al margen de la oriundez, posición económica, condición de civiles y militares, de ser urbanos o campesinos, de ser vecinos o avecindados, se comprendió, que no se podía remar contra la corriente, la independencia se lograría con el concurso de todos, sin distingo estamental, que era lo que oponía a la sociedad virreinal.
Escribió el historiador, Miguel Maticorena Estrada, que, la independencia de Piura no fue solo un proyecto criollo, que entre sus protagonistas los hubo del estamento medio y bajo, no solo hacendados; hubo militares, sacerdotes, carpinteros, zapateros, empleados del Estado español, y de otras ocupaciones, y en efecto, así fue; y si se destaca la figuración central de algunos piuranos en ese momento, fue la decisión y participación de todos, lo que procuró alcanzar el cometido.