ERP. Durante el siglo XX hay alcaldes de grata recordación en Sullana, en lo que a la municipalidad provincial se refiere. Desde el logro de la autonomía provincial se han sucedido gobernantes locales, cuya huella resultó a veces imperceptible, porque la trascendencia, no se marcó en las obras que ejecutaron. Tres son las grandes figuras que hoy queremos mencionar: Jacinto Vargas Ladines, Fernando “Pompi” Bel Hougthon, y José Antonio Burgos Ramos.
Por Miguel Arturo Seminario Ojeda
Director del Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones
Jacinto Vargas Ladines
Jacinto Vargas Ladines fue alcalde de Sullana, entre 1926 y 1930, le tocó gobernar desde al año diluvial de 1926, hasta el final de la década del 20, que artística e intelectualmente fue bastante productiva en el Perú.
Entre sus obras como alcalde se puede destacar la construcción del primer estadio que tuvo Sullana, y la remodelación de las calles en el centro de la ciudad, abriendo la conexión de la Plaza de Armas con las calles vecinas, que estaban prácticamente cerradas, como la conexión de las calles Ugarteche y Enrique Palacios, con el corazón de la ciudad.
Se debe a este alcalde, no solo la reconstrucción de la ciudad después de las lluvias de 1925 y 1926, sino también una serie de medidas que se dieron para mejorar el ornato local, como la prohibición de criar ganado menor y mayor en el perímetro urbano, la prohibición de que los vendedores ambulantes circulen sin el respectivo balay para apoyar sus productos en venta, y la determinación del alumbrado público ordenado en el centro de Sullana.
A Jacinto Vargas Ladines le tocó tramitar ante el gobierno nacional de don Augusto B. Leguía, la reconstrucción del agro fuertemente dañado por las precipitaciones de agua, incluido el Canal de los Incas, hoy Canal Miguel Checa, lográndose la ampliación del cauce, al doble, y su encementado, y prolongación, más allá de Marcavelica..
Recuerda su nieta Florencia Vargas Rey, que su abuelo le narró, de cómo su domicilio fue apedreado, después del derrocamiento del Presidente Leguía, mandatario durante su gobierno como alcalde. Una de las hijas del recordado alcalde, Rosa Magdalena Vargas Quevedo, egresada de la primera promoción de la Escuela de Bellas Artes, pinto el óleo de Augusto B. Leguía, obra que la familia conserva con mucho orgullo.
Tras la reconstrucción de la ciudad, y del agro, una comitiva presidida por el alcalde Jacinto Vargas Ladines, viajó a Lima a expresar su gratitud al presidente Augusto B. Leguía, por la obra hecha a favor de Sullana, El alcalde llevó al presidente Leguía, el gesto de gratitud de toda la población de la provincia.
Fernando "Pompi" Bel Hougthon
Después de las diluviales lluvias de 1983, se asomó como un candidato a la alcaldía por el Partido Aprista Peruano, el empresario agrícola Fernando Bel Hougthon, hombre de grata recordación, que llegó al triunfo sobre sus contendores, en las elecciones municipales de fines de ese año, y volvió a ganar, cuando se convocó a elecciones del mismo carácter, en 1986.
Era la convocatoria a elecciones democráticas, en las que el pueblo expresaba su voluntad por sus gobiernos locales, modalidad que había sido retomada por el gobierno del arquitecto Fernando Belaunde Terry.
A don Fernando Bel Hougthon le tocó estar al frente de una administración municipal que tuvo que ver con la reconstrucción de Sullana, después del desastre pluvial provocado por el fenómeno El Niño de 1982-1983. La ciudad estaba prácticamente desecha en sus zonas más vulnerables, y la obra se centró en la reconstrucción, y apoyo a los más pobres.
José Antonio Burgos Ramos
Fue provincial en la última década del siglo pasado, elegido para dos periodos por los ciudadanos y las ciudadanas de Sullana, y de los distritos que conforman la provincia, llegando al triunfo, tras no pocos impedimentos que buscaban evitar que llegara al sillón municipal, después que se le había elegido como alcalde, liderando una nueva organización política.
A partir de entonces, José Antonio Burgos Ramos desarrolló una obra que cambió la faz de la ciudad que había crecido enormemente cuando ejerció la alcaldía. Las veredas ejecutadas en gran número de calles, y la construcción y mantenimiento de parques, son algunas de las obras realizadas en este gobierno.
Estos tres alcaldes, merecen que su memoria quede en el bronce, o las nuevas generaciones perderán para siempre sus nombres. A lo largo de la avenida José de Lama, o en el lugar que se considere el más apropiado, deben levantarse los bustos de los mejores alcaldes que ha tenido Sullana, sin que falten los tres mencionados, y hacer un busto simbólico del primer alcalde de que se tiene memoria, de 1821, que presidió en acto solemne de la proclamación de la independencia en Sullana, don Manuel Lupú.