ERP. Tondero, hermosa joya nacida hace más de tres siglos en tierras de labriegos sol y espigas, tondero que se bailó a golpe de lapa, de arpa, y ahora con guitarra y cajón, tondero que nace del alma, humano, amor hecho baile, tondero que nace en la vieja hacienda, en aquellas noches desde el momento cuando asomaba la luna por el Maray, coronando luego el cerro de La Lagartija, hasta iluminar el Pilán, dando la bienvenida al astro rey.
Por: por José Luis Carlín Ruiz
Joya, reliquia, tesoro, que vive bajo la custodia de los morropanos, de los piuranos, quienes tenemos la responsabilidad de preservarlo, de mantenerlo vivo, de impedir que sea transformado en una prenda de poco valor.
Tondero se ha bailado en Morropón siempre, en la hacienda, en el socavón, en la plaza, en la fiesta en la jarana, un largo recorrido que lo llevó a los escenarios y pistas de baile en concursos y festivales; es aquí donde me quiero detener, días antes de la fecha en que celebraremos 25 años de que haya sido declarado patrimonio cultural de la Nación. Y me detengo aquí, trayendo la preocupación de todo un pueblo.
Primero permítanme hacer un poco de historia con el objetivo de alimentar nuestro conocimiento, despertar sentimientos de pertenencia, de identidad y de amor a este baile que justamente habla de amor. Corrían los años 1705, y en la vieja hacienda de Moskalá, un grupo de esclavos ararás, congos, angolas y caravelíes, que convivían con indígenas y blancos serranos o españoles, quizá, utilizando una lapa como único instrumento, daban origen a un hermoso baile, donde él, varonil, campechano, macho, pícaro, expresaba su admiración y amor por ella: elegante, salerosa, provocativa, quimbosa. Él la buscaba, la llamaba, la seguía, derritiéndose, con sus pasos ahuaynados; sus pies muy cerca al suelo, levantaban polvo y en su mano derecha un preciado pañuelo blanco alzaba vuelo y en la otra un lustroso sombrero marcaba sus movimientos. Ella escapa y vuelve, coqueteándole sin dejarse atrapar, mientras sus miradas se mantienen fijas uno en el otro. Ella sonríe, levanta su falda con su mano izquierda y con elegancia, mueve sus caderas, cadenciosamente provocativas e insinuantes y a la vez pudorosas.
Años después, vino el arpa y después de 1850 el cajón y la guitarra se convertirían en bulliciosos cómplices de aquella pareja que salga al ruedo a bailar. Vino el tiempo del chicherío y el socavón, la marinera atonderada se escabullía entre la cadencia del tondero. Es en 1955 cuando el tondero inicia su peregrinar hacia zonas como Piura, Sechura, Catacaos, Sullana, y se fue hasta Lambayeque y quien sabe hasta dónde más. Tondero andariego, que fue conquistando pies descalzos y alegres corazones.
Es en los años 70 cuando en Piura, empiezan los concursos de marinera y de tondero y en 1984, el tondero nos regaló a eternos campeones Pedro Farfán y Carmen Almestar. El Colegio Santa Rita de Morropón en 1987 inició la realización de sus festivales que hoy convocan bailarines de todo el país. En 1993, con Resolución Jefatural Nº 457, el Instituto Nacional de Cultura Peruano (INC) declara a nuestro Tondero como Patrimonio Cultural de la Nación, por ser una expresión propia del arte popular y del folclore peruano, en merito a legítimos derechos históricos y culturales”, este mismo año el INC Piura con Resolución Directoral Nº 077-93, declara a Morropón Cuna y Capital del Tondero e instituye el día del tondero, celebrándolo cada 29 de octubre.
En el 2003 con ORDENANZA REGIONAL N° 006 - 2003/GOB. REG. PIURA-CR el Gobierno Regional de Piura dispone declarar al Distrito de Morropón, como "Cuna y Capital del Tondero y La Cumanana" en mérito a legítimos derechos históricos y culturales, y el año 2016 el Gobierno Regional de Piura a través de la Ordenanza Regional N° 374-2016/GRP-CR, en sus disposiciones complementarias finales dice textualmente: Primera.- DISPONER que, a efectos de velar por la pureza, elegancia y espontaneidad de esta expresión tradicional propia de nuestra región, de ningún modo el Tondero deberá estar sujeto a reglas coreográficas ni parámetros técnicos que distorsionen su originalidad como ha ocurrido con otras expresiones folclóricas. Todo pacto en contrario será nulo de pleno derecho. Los cultores, compositores, investigadores, organizaciones culturales y académicas que lo promuevan, deberán velar por el estricto cumplimiento de esta disposición de orden público.
Es por toda esta riqueza que trae consigo el tondero que hoy nos trae aquí orgullosos para celebrar y recibir un reconocimiento y a la vez preocupados por saber si aún bailamos el tondero que nos dejaron nuestros antepasados. No voy a cuestionar la forma de vestir y de bailar de cada academia o de cada lugar, cada quien recibió y adoptó al tondero y lo bailan como lo sienten o como quisieran que se vea para arrancar un aplauso o atraer la mirada de un público que no imagina el camino recorrido de este baile hasta llegar ahí. No pretendo ser el erudito ni el juez que viene a amonestar, pero si quiero llamar a la unidad, una unidad que gire en torno a la historia, esencia y significado del tondero, en torno a una ley, que nos invita a velar por su pureza, elegancia y espontaneidad.
El tondero es un baile libre, cada quien lo baila como lo siente en su interior, pero no podemos llevarlo al borde de su extinción, no debemos convertirlo en un baile casi sexual, sobre todo cuando se lo enseñamos a nuestros niños y esto se da cada vez que durante su ejecución vemos pasos exagerados, pasos extranjeros, pasos nuevos que no tienen nada que ver con el tondero, y surgen las preguntas ¿Qué estamos bailando? ¿Qué enseñamos? ¿Qué evaluamos?.
Alicia Maguiña en 1992, durante una entrevista manifestó que en el tondero cada uno tiene su propia personalidad y es lo que debe conservarse, pero, “conservando las características básicas y los pasos del baile”. Además muy enérgica aseveró “Se está perdiendo lo genuino de tondero… En los concursos, las parejas quieren llamar la atención haciendo cosas extrañas. Ostentan una coquetería exagerada, tampoco hay que dar saltos acrobáticos, ni hacer payasadas, porque el tondero es digno”.
Señoras y señores, es hora de sentarnos y dialogar, debemos establecer criterios que aseguren la preservación del tondero, debemos de una vez por todas dejar a un lado mezquindades y deseos de protagonismo, hagámoslo por Piura, hagámoslo por el Tondero.
Hay suficiente sustento y argumentos para justificar nuestra preocupación, y es obligación de todos los piuranos iniciar de una vez por todas, un trabajo en aras de rescatar, promover y preservar el tondero, y este trabajo debe ser compartido con los bailarines, con los que enseñan a bailar, con los organizadores de concursos, y todos aquellos que dedican su tiempo a la promoción de la cultura de nuestra tierra; de lo contrario, solo nos quedará en el recuerdo que una vez, nació un hermoso baile llamado tondero y que entre las arenas se perdió.
El dato
En Morropón, se viene preparando para la celebración de los 25 años de la declaración como Patrimonio Cultural de la Nación del tondero.