ERP/Nelson Peñaherrera Castillo | @nelsonsullana. Los recientes datos epidemiológicos de la Dirección Subregional de Salud Luciano Castillo Colonna, que abarcan de la semana epidemiológica 29 a la 34 de 2025, nos ofrecen una radiografía clara y crítica de la situación del dengue en Sullana. Aunque los 773 casos registrados (505 confirmados y 268 probables) nos hablan de una amenaza sostenida, es crucial analizar qué se está haciendo bien y dónde se requiere una corrección inmediata.
Lo que va por buen camino: Una Vigilancia Precisa y Oportuna
Los datos analizados, que incluyen el conteo de casos, la distribución geográfica, los serotipos circulantes y los índices larvarios, demuestran que las autoridades de salud están ejerciendo una vigilancia epidemiológica robusta y granular. El hecho de que se tenga un registro detallado de los casos por distrito, se identifiquen los serotipos DENV-1, DENV-2 y DENV-3, y se cuantifiquen los índices larvarios en sectores específicos, es un paso fundamental.
Esta información permite dirigir los esfuerzos de control vectorial a las zonas de mayor riesgo, como Sullana, Tambogrande, Bellavista y Marcavelica, que concentran más del 70% de los casos. La ausencia de fallecimientos en este periodo también es un dato alentador, que podría reflejar una atención médica adecuada, aunque esto no debe ser motivo para bajar la guardia.
La corrección urgente: Tres desafíos cruciales
A pesar de la sólida vigilancia, hay tres áreas que demandan una acción inmediata para frenar la propagación del virus.
1. Comunicación para la adherencia al tratamiento
La baja adherencia al tratamiento, con solo el 48% de los pacientes siguiendo las indicaciones, es un problema crítico. Las campañas de comunicación actuales no están logrando el impacto deseado. Es imperativo transformar la estrategia comunicacional de ser informativa a ser afectiva, cercana y multisensorial.
Se deben utilizar canales y mensajes que resuenen con la comunidad y que consideren que la población más afectada son adolescentes y jóvenes. Se necesita un enfoque más humano, que conecte emocionalmente con los pacientes y les explique la importancia de su rol en la lucha contra la enfermedad, no solo para su salud, sino para la de su comunidad.
2. Control de criaderos en "Patios invisibles"
Los alarmantes índices larvarios en zonas como Sinchi Roca (34.5%) y Querecotillo (33.3%) revelan que el mosquito Aedes aegypti sigue encontrando un ambiente propicio para reproducirse (y que la crisis comienza a deslizarse fuera de Sullana Metropolitana, donde estaba contenida hasta hace dos semanas).
Esto sugiere que las campañas de eliminación de criaderos no están llegando a los "patios invisibles": esos espacios domésticos, como floreros, baldes y recipientes olvidados, que la gente no identifica como riesgos. Se debe reforzar la inspección casa por casa con equipos de salud que no solo fumiguen, sino que también eduquen de manera práctica y cercana sobre la identificación y eliminación de estos criaderos.
3. El dengue como fenómeno generacional
La mayor incidencia en adolescentes y jóvenes, con 84.54 y 76.51 casos por cada 100 mil habitantes, respectivamente, indica que el dengue no es solo un problema de salud, sino un fenómeno que afecta de forma particular a estos grupos.
Las estrategias de prevención deben ser adaptadas a sus rutinas y a sus espacios de socialización. Se debe llevar la información a centros de estudio, de trabajo y de ocio, utilizando un lenguaje y formatos que les sean familiares, como videos cortos en redes sociales o mensajes directos.
El dengue en Sullana requiere de una respuesta que vaya más allá de los números. Si bien la vigilancia es el primer paso, la clave para el control está en una comunicación que inspire un cambio de comportamiento, una acción colectiva para eliminar criaderos y un enfoque dirigido a las poblaciones más vulnerables. El virus no está en pausa, pero la oportunidad de corregir el rumbo, sí.