ERP. (Por Elia Solís] Me acuerdo que por el 2012 hubo una ola de enfermedades por un zancudo: el dengue. Un animal chiquito, insignificante, que había estado desde antes de nuestra existencia y que habíamos aprendido a enfrentarlo con espirales de humo y con pastillas en un conector. En ese entonces parecía lo peor que pudo pasar. Recuerdo que mi hermana se enfermó y tuvieron que hospitalizarla, yo tenía tan solo 12 años y me parecía tan divertido poder entrar a hospitales y echarme a su lado para ver por los pasillos a gente desconocida. Era una niña, no sabía lo que pasaba. Pero de eso ya pasó tiempo. Fue una enfermedad moderada, a pesar que a causa del dengue muerieron cientos de personas, eso no le sucedió a mi hermana y simplemente lo olvidamos, pasó.