ERP. El 28 de abril del año en curso, el caudal máximo diario del rio Chira, reportado oficialmente ha llegado a un pico peligroso, a la alerta roja. Alto riesgo de desastre para el Bajo Chira. Mientras que el caudal del río Piura se ha moderado. Dos cuencas, cada cual con su dinámica propia en la configuración del riesgo, en un mismo contexto de desarrollo del Niño Costero y de indolencia gubernamental extrema, con un gobierno y congreso desastrosos.
Por: Ing. Marlene Castillo Fernández
Caudales peligrosos en la cuenca del río Piura y del río Chira
En la madrugada del 27 de abril, el río Tumbes se desbordó en las zonas urbanas expuestas a su paso por la ciudad. Corrió la voz de alarma en la región de Piura, especialmente en la cuenca baja del río Chira (Sullana-Paita), porque es conocido que ambos ríos cargan sus aguas con los caudales de sus afluentes en la zona alta del sur de Ecuador, donde están en aumento las lluvias, en este común contexto de Niño Costero en curso.
Ya me había llamado la atención la participación destacada de la ciudadanía organizada de Paita en el desarrollo del paro del 18 de abril, paro que fue liderada por las instituciones y organizaciones principalmente de la cuenca del río Piura. Entendía este liderazgo porque la alerta residía en el riesgo de inundación por desborde del río Piura en la ciudad y el bajo Piura, pues su caudal había subido bruscamente a máximos peligros los días 17 de marzo (1,646 m3/s) y el mismo 18 de abril (1,599 m3/s), acercándose al límite desbordable (estimado por expertos entre 1,950 a 2,000 m3/s).
Pero, me pregunté ¿por qué está alarmada y movilizada la ciudadanía activa de Paita?. Entonces, revisé los reportes diarios del Proyecto Especial Chira Piura/región Piura y verifiqué que la alarma de los ciudadanos del Bajo Chira (Paita) tenían sustento: los días 17 y 18 de abril el caudal del río Chira había subido bruscamente (3, 250 m3/s) acercándose peligrosamente al límite de contención del río.
Diez días después, el reporte oficial del 28 de abril registró el pico más alto del caudal del río Chira, a la altura de Sullana (3,330 m3/s). Ver gráfico adjunto.
Dos cuencas (aunque interconectadas artificialmente) con dinámicas hidro-meteorológicas diferentes y escenarios de riesgo de desastre, en el mismo contexto del Niño Costero en desarrollo. De tal modo que mientras el río Piura ha moderado el incremento de su caudal, el río Chira está llegando al límite; por lo que es evidente que el desborde y la consecuente inundación de zonas urbanas, rurales y agrícolas expuestas a ese desborde, aguas debajo, tiene un alto riesgo de concretarse.
Escenario de alto riesgo en el Bajo Chira ante inacción estatal
La alarmante alerta ha sido difundida este 28 de abril entre las principales noticias de la prensa regional (El Regional, El Tiempo y Radio Cutivalú). Informan que el Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER-Piura) ha declarado el Bajo Chira en alerta roja, con peligro de desborde e inundación, que afectaría a la población y campos de cultivo de los distritos de La Huaca, Amotape, El Arenal, Vichayal, Tamarindo, Miguel Checa, Salitral, Marcavelica y Querecotillo. Zonas con cultivos de arroz y maíz (mercado interno), de plátano (banano orgánico exportable), otros frutales y de pan llevar. A la afectación a consecuencia de las lluvias intensas se agregaría las procedentes del desborde del río Chira.
A diferencia de la cuenca del río Piura, donde los aportes de los afluentes del Alto Piura y de Tambogrande son significativos en la formación de caudales peligrosos de este río, en la cuenca del río Chira los aportes peligrosos provienen principalmente de los ríos ecuatorianos (Macará y Catamayo que forman el río Chira), y del río Quiroz que alimentan a la Represa de Poechos. Esta represa, en contextos de alta pluviosidad, como es el caso actual, una vez que el volumen represado ha llegado a su límite de contención, descarga directamente los excesos al río Chira, mediante su Aliviadero. Este caudal de exceso descargado al río Chira, es el principal factor directo del aumento brusco del río Chira a su paso a la altura de la ciudad de Sullana en dirección a su desembocadura en el mar. A casi cinco décadas de su construcción, la capacidad de almacenaje de la represa Poechos ha disminuido a la mitad, por la acumulación de sedimentos de suelo producto de la erosión en la cuenca, pues su construcción no incorporó el componente de reforestación de la zona aguas arriba. Restringiendo así significativamente su capacidad de regulación hídrica.
Para visualizar esta trama de flujos/ríos/represas/canales, en cada cuenca, les adjuntamos el mapa oficial del reporte del 28 de abril, a base de caudales promedios diarios (por eso no corresponden a los caudales máximos del gráfico anterior), donde se ilustra la delimitación de las cuencas con el punteado rayado.
El 12 de marzo, hace mes y medio, se decretó la declaratoria de emergencia en tres distritos de Paita y uno de Sullana: “por impacto de daños a consecuencia de intensas precipitaciones pluviales, por el plazo de sesenta (60) días calendario, para la ejecución de medidas y acciones de excepción, inmediatas y necesarias, de respuesta y rehabilitación que correspondan” (D.S. 34-2023-PCM). El gobierno se quedó corto, en cobertura que tendría que actualizar (considerando los 9 distritos en peligro considerados en la Alerta del COER mencionado), y aún más corto y tuerto, al no incorporar las implicancias del escenario en curso del Niño Costero, tales como medidas de coordinación y concertación multisectorial y subnacional urgentes a nivel de cada cuenca para los fines de implementación efectiva y participativa de planes de contingencia en las zonas más vulnerables y de la priorización de obras/medidas para la prevención estructural urgente en perspectiva de moderada probabilidad de un Fenómeno del Niño/ENSO 2023-2024.
Indigna que las autoridades regionales se limiten a difundir los reportes del COER-Piura (INDECI) se restringe a alertar y convocar a que la población y autoridades tomen precauciones y apliquen su plan de contingencia (mismo libreto); sin que a la fecha cuenten con un plan operativo concreto en cada cuenca. Repetimos en cada cuenca, porque esa es la territorialidad que debiera el ámbito de planificación, implementación, monitoreo y evaluación de ejecución física y presupuestal tanto de acciones de emergencia, de gestión correctiva tratándose de asegurar que las obras de reconstrucción sean resistentes, así como de gestión preventiva para disminuir estructuralmente el caudal peligroso, la escorrentía urbana peligrosa (drenaje ausente o insuficiente ante las intensas lluvias), por ejemplo.
Indigna también, que mientras actualmente la costa norte se debate entre las carencias diarias – agua potable, alimentación suficiente, vivienda segura -, las enfermedades (dengue, desnutrición crónica infantil), la impotencia ante el abandono estatal y los pleitos mediáticos de los dimes y diretes de ejecución presupuestal entre las autoridades nacionales, regionales y locales, no se les esté atendiendo efectivamente dando seguridad ante los riesgos de desastre en curso. Que habiendo pasado 10 días del paro regional hasta ahora no se cuente con información de las obras priorizadas que serán objeto de ejecución presupuestal en cada cuenca, resultado que se habían comprometido lograr las Autoridades de los tres niveles de gobierno y que anunciaron a la prensa ese mismo día del paro, tal vez porque lo único práctico era su interés de lograr la suspensión del paro en la tarde del 18 de abril. Mientras tanto el Congreso recibe 48 millones adicionales de presupuesto y se dedica a destinar bonos de miles de soles a sus más de 3 mil trabajadores privilegiados, otros casi 27 millones más. Gobierno y Congreso desastrosos: centralistas, autoritarios, privilegiados, negligentes e indolentes.