ERP/M.Seminario. Cada vez que me toca leer sobre las rutas de personajes como Francisco Pizarro, Baltasar Jaime Martínez Compañón o de Antonio Raimondi en su tránsito por Piura, siento la misma emoción que vivimos en 1986 con Renato y Mauro Zegarra Pezo, cuando recorrimos un tramo del itinerario de Antonio Raimondi en Piura y Ayabaca, ruta que casi coincide con el recorrido de Martínez Compañon de 1782-83.
El gran naturalista italiano estuvo en Piura en dos oportunidades, en 1859 y en 1868, y con toda seguridad, en su segundo viaje tomó el itinerario que en 1847 había elaborado Miguel Saturnino Zavala, por encargo del presidente Ramón Castilla, gobernante que había encomendado, la elaboración de los Itinerarios de la República, a un conjunto de estudiosos, quienes al final de su jornada, presentaron un verdadero retrato económico del país.
Providencialmente para Piura, esta labor fue encomendada a Miguel Saturnino Zavala, un hombre, que más allá de limitar su tarea a la medición del camino por leguas, informó sobre el estado económico y social de Piura, con una gran visión, como advirtiendo sobre la necesidad de inversión en estas tierras que tanto prometían para la industria, como se había notado desde el comienzo de la República,
En efecto, habían pasado solo 26 años cuando Zavala apareció por Piura, jurisdicción que por entonces tenía la categoría de Provincia Litoral, abarcando el gran espacio del virreinal corregimiento de Piura, es decir los actuales Piura y Tumbes, manteniendo como capital a la primogénita de las ciudades españolas en el Pacífico Sur, a San Miguel de Piura. Cuando Zavala llegó a Piura, no se advertían aún cambios socio económicos con respecto a la sociedad virreinal, las condiciones de vida para muchos piuranos se mantenían inalterables, había sido un “cambio de mocos por babas”; ni siquiera se advertían cambios en el trazo urbano de la prístina de las ciudades del Perú virreinal, la ciudad se mantenía igual, y menos se advertían cambios en el interior.
La preocupación del gobernante Ramón Castilla, lo llevó a emprender esta tarea, no podía hacer cambios sin un conocimiento del estado actual del país durante su mandato, y nada más oportuno, que encargar ese retrato del país, a un conjunto de hombres con experiencia, cuyos informes le permitirían proponer cambios, y presupuestarlos como era debido. La elaboración de los itinerarios, se dispuso por Decreto Supremo del 9 de junio de 1845, para tener un conocimiento cabal de los caminos, estado, y topografía del Perú.
Zavala tenía una alta sensibilidad, y eso le permitió elaborar el documento sobre Piura, cuyo original fue finalmente a parar a la Sociedad Geográfica de Lima fundada en 1888 por el ayacuchano Luis Carranza, organización que no tuvo en ese entonces local propio, y funcionaba en un ambiente de la Biblioteca Nacional. El manuscrito fue afectado por el grave incendio en la Biblioteca Nacional en 1943 y así, medio deteriorado quedó entre sus fondos, cuando la Sociedad Geográfica de Lima ya tuvo su propio local. En ese grave estado lo ubiqué hace 30 años, lo transcribí, y con apoyo de la Cámara de Comercio de Piura, se publicó en 1993, contándose con la decidida participación de Carlos Seminario Silva y de Juan Ricardo Palma Lama.
Zavala no se limitó a lo estrictamente encomendado, recurrió a los informes que le proporcionaron los gobernadores de distritos, maestros de postas, síndicos municipales, información de los vecinos letrados e iletrados, y de parte de todos los que se interesaron, y pensaron que ese informe cambiaría el estado socioeconómico de Piura. El informe final de Zavala, fue citado por Paz Soldán en su Geografía del Perú, y por Jorge Basadre en el tomo II de su Historia de la República. Yo publiqué la parte correspondiente a Sullana, en 1986, y posteriormente, en 1989 lo citan Jacob Schulpman y Susana Aldana, profundos estudiosos de Piura.
Los itinerarios de Zavala están elaborados en leguas, medida de longitud común en aquellos tiempos, en 1847, la Provincia Litoral de Piura contaba con 20 distritos, y Zavala los recorrió íntegramente , describiendo los lugares que existían,, tanto pueblos como haciendas, su producción, precios de los productos, datos geográficos, estado de los caminos, cambio del curso de los ríos, medidas antiguas en los itinerarios y en la agricultura, cultivos existentes y los desaparecidos, y, al mismo tiempo trató de encontrar una mejor comunicación vial entre Piura y Jaen. No se le escapó tratar sobre el carácter de la gente, y de la antigua terminología, condiciones de salubridad, pueblos trasladados a sus antiguos emplazamientos, porcentaje de la población indígena y de otras razas, migraciones internas a causa de las lluvias, y otros aspectos, que nos permiten recrear en espacio social, urbano, y rural de Piura y Tumbes del siglo XIX.
De acuerdo al informe, los campesinos dispersos del despoblado aprovechaban las lluvias para la siembra de maíz, yucas, zapallos y sandías, y los algarrobales eran un buen medio para la cría del ganado. Por este informe podemos darnos cuenta, de la mentalidad rentista y parasitaria de muchos hacendados piuranos, que preferían alquilar sus tierras, vivir de los pagos, y no invertir en la industrialización de su propiedad, salvo raras excepciones. Zavala advirtió que la exigencia del mercado internacional, nos llevaría a la desaparición de cultivos tradicionales, para dar paso a los sembríos de algodón, proponiéndose también a la morera.
En 1846 el gobernador de Piura descubrió la mina de carbón de piedra de Talara, y al año siguiente, en 1847, el gobernador litoral, José Joaquín Gonzáles, con ayuda del ingeniero Hinsby hizo abrir una acequia de dos leguas de extensión para irrigar las pampas de Santa Lucía, cercanas al Valle del Chira, no alcanzando el éxito esperado, a causa del desnivel.
El mayor Miguel Saturnino Zavala ascendió posteriormente a coronel, mostrando una gran identificación a favor de los indígenas, a los que no consideró como un obstáculo para el progreso, adelantándose a los luchadores socialistas de años posteriores, que como él, clamaron por la redención del indio a través de la solución del problema de la tierra, Zavala los consideró dignos de incorporarse al desarrollo de la República y los reconoció como seres verdaderamente humanos, trato inadvertido por parte de los que vivían de espaldas a la realidad del Perú.
Zavala llegó a ser prefecto del Cusco, lugar en el que pidió en 1863, la abolición del servicio gratuito y abogó por el pago de jornales a los trabajadores. Fue casado con Tomasa Gómez, y falleció en Lima el 8 de noviembre de 1874. Zavala es otro de los migueles vinculados a Piura, el rico contenido del documento que elaboró, permite a los lectores, hacer un viaje imaginario por ese gran espacio que amamos todos los piuranos y tumbesinos, documento que nos hace posible, comparar los cambios que tienen estas regiones, a 168 años de la visita de este distinguido militar.
Miguel Arturo Seminario Ojeda / Presidente Honorario de la Asociación Cultural Tallán.
Fotografías:
1.- Mapa de comienzos de Piura en la República
2.- Mapa de Piura a finales del virreinato
3.- Aguatero caminante que marcaba surcos en la ciudad con su diario trajinar.
4.- Mapa de la provincia de Piura al momento de la visita del obispo Martínez Compañón.
5.- Explicación del mapa.