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Sáb, Nov

Los plebiscitarios y su decisión irrenunciable de Tacna a la patria

Miguel Arturo Seminario Ojeda
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ERP. El viernes 23 de agosto pasado, el Capitán de Navío Luis Ernesto Mendoza Ramírez, pronunció un discurso en la Casa Museo Grau de Lima, sobre la vida de Dolores Cabero de Grau, la viuda del Héroe Máximo del Perú, don Miguel Grau Seminario, terminado el acto, continuó la conversación con un grupo de interesados, y por uno de ellos me enteré que la viuda del Peruano del Milenio, estuvo en una manifestación de apoyo a las tacneñas, cuando la patria requería de la acción de las mujeres peruanas.

Por Miguel Arturo Seminario Ojeda

Director del Museo Electoral y de la Democracia de la DNEF del Jurado Nacional de Elecciones

En efecto, por revelación del historiador Rodolfo Castro Lizarbe, supimos que Dolores Cabero de Grau, junto a las hijas del protagonista principal de la Campaña de la Breña, marchó con muchas mujeres en Lima, el 12 de marzo de 1925, protestando por el anuncio de hacer un plebiscito para que la población residente en Tacna, se manifestará a favor o en contra de la vuelta de Tacna al Perú, cuando las condiciones no eran propicias para esa consulta.

En esa ocasión estuvieron Francisca Bolognesi hija de Mariano Bolognesi, Lucila y Zoila Aurora Cáceres, María Luisa Grau, hija del héroe, y un gran número de mujeres, y algunos varones que marcharon con ellas, entre las que por supuesto había muchas tacneñas. Sin lugar a dudas, la presencia de la viuda de Miguel Grau fue significativa, y quizá fue su última aparición en público, porque falleció al año siguiente.

La campaña de chilenización en Tacna, iba a dar como resultado que la frontera de Chile suba más hacia el norte, porque eran muchos los chilenos que residían en Tacna, y por la violencia de un control social que se ejercía por las autoridades chilenas, contra cualquier manifestación patriótica a favor del Perú, el resultado del plebiscito iba a ser adverso para Perú.

viuda Miguel GrauLa viuda de Miguel Grau Seminario fue la figura más representativa en la protesta de 1925, en Lima, contra el plebiscito en Tacna.

Los tacneños y la patria a flor de piel

Conversar con un tacneño sobre su tierra, es sentir en su voz el amor hacia la patria, como si de manera atávica tuviera la peruanidad en los genes, y generacionalmente se le hubiese transmitido esa enseñanza, multiplicada hacia los demás, por el proceso de socialización.

Cuando la televisión empezó a transmitir masivamente imágenes de manera directa, cada 28 de agosto, sobre sucesos que ocurrían en el instante, se sentía que el espíritu patrio aflorado de entre los tacneños, se prolongaba hacia todo el Perú. Los peruanos habían visto fotografías en libros, diarios y revistas, pero ahora era posible asistir al mismo instante en el momento que se realizaba la actividad cívico-patriótica.

Yessica Clavijo Chipoco, es bisnieta de Martina Bravo Dávila, una de las mujeres que estaba lista para ser plebiscitaria, y su experiencia es la de muchos tacneños, ya que más de uno de sus antepasados estuvo ligado a la defensa de la patria, a alguna experiencia formal o informal, en la que se demostró el amor hacia el Perú, de entre los hombres y mujeres de Tacna que defendieron su peruanidad.

Martina BravoMartina Bravo Dávila, plebiscitaria con gran amor a su patria: Perú.

Doblemente heroica

San Pedro de Tacna, como lo reitera Alberto Kuroiwa Bermejo, es doblemente heroica, ganó oficialmente ese título a pocos años de la independencia, en reconocimiento al esfuerzo de sus patriotas por la libertad del Perú, y lo reafirmó, al no renunciar nunca al cordón umbilical que la ata hasta hoy a la patria, tras una lucha en la que Arica se perdió, resignándose finalmente, como Tarapacá e Iquique a ser parte de un nuevo Estado.

El poeta Enrique López Albújar retrató el peruanismo de Tacna en sus poesías, manifestando que morir en Tacna era un honor, y seguro que cuando compuso la poesía a “La Bandera”, lo hizo pensando en esa tierra que sintió suya de tanto andar sobre ella, con el recuerdo de la patria adolorida que había clamado por su defensa para que no la dejen alejarse nunca del Perú.

La primera escuela sobre la patria que tuvieron los niños y las niñas de Tacna durante la ocupación, fue su propio hogar, sitio donde el amor hacia el Perú existía como un tesoro, eso mismo sucedía en Arica, pero el poderío militar, y la decisión ya tomada por el gobierno del Mapocho, estaba marcada, y dispuesta a no retroceder frente a la razón que amparaba a los peruanos.

La guerra de chile contra Perú y Bolivia

A través de las lecciones de historia, sabemos que en los años previos a la guerra con Chile, ya el mariscal Ramón Castilla había advertido a los gobiernos sobre la política armamentista del país del sur, presintiendo que su ambición se orientaba hacia el norte, sobre terrenos bolivianos y peruanos.

Pese a la advertencia de Castilla, y a las recomendaciones de Miguel Grau sobre consideraciones para la Marina de Guerra, el Estado peruano no priorizó lo advertido, quizá en una excesiva confianza en su seguridad interna, al haberse pasado de un militarismo a un civilismo que con toda la razón se empeñaba en fortalecer el sistema democrático en el Perú. Sin embargo los temores de Castilla, no tardaron en manifestarse.

Chile arremetió contra Bolivia y el Perú, se había armado con unas estrategias que reflejaban su geopolítica, las ambiciones de sus planes estatales, y los proyectos de sus estadistas, que habían puesto la mirada en los territorios que finalmente se apropiaron. Alrededor de esta guerra afloró el heroísmo de los peruanos y de las peruanas, conocidos y anónimos llenan las páginas de los libros con detalles sobre este instante inmortal, cada vez que se rememora la agresión sobre el Perú.

El retorno a la patria

En el Perú se puso en práctica diversas estrategias para juntar dinero y recuperar los territorios ocupados por los chilenos, los peruanos nunca se resignaron a la pérdida de Tacna y Arica, ni de Tarapacá e Iquique, pese a que por un tratado se había cedido a perpetuidad estos dos últimos territorios, con el consiguiente desequilibrio emocional para sus habitantes, que a la fuerza, quedaron sometidos al aparato jurídico chileno, que desató un bien montado proceso de chilenización.

Leguía tuvo a cargo la campaña de Recuperación del Morro y el retorno al Perú de los territorios irredentos, y se desarrollaban paralelamente un conjunto de esfuerzos diplomáticos para el retorno de las provincias cautivas que iban a ser sometidas a un plebiscito que nunca se realizó, porque el gobierno chileno sabía de la irrenunciable postura a su patria por los tacneños y los ariqueños en general, y no solo por los ciudadanos que iban a participar en una consulta, en la que no votarían las mujeres ni los niños.

La chilenización no pudo en Tacna, los peruanos la enfrentaban decididos, pese a las agresiones recibidas, de las que fueron víctimas tacneños de toda condición social, y el 28 de agosto de 1929, Tacna retornó oficialmente a la patria, en esa ciudad nunca se perdió la peruanidad, por eso fue un retorno oficial, nada más. Tacna fue, es, y siempre será peruana, por los siglos de los siglos, Y quizá no hay ciudad en el Perú, donde no exista una calle que se llame Tacna, tal como lo vemos en Piura y Sullana.

Diario El Regional de Piura
 

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