ERP. El 17 de octubre de 1875, hubo en Lima elecciones parroquiales o primarias, en las que triunfó el general Mariano Ignacio Prado, por la violencia de los hechos entre pradistas y monteristas, hubo 23 muertos. El resultado final consagró a Prado como el ganador, y asumió la presidencia de la República, el 2 de agosto del año siguiente.
Por Miguel Arturo Seminario Ojeda
Responsable del Museo Electoral y de la Democracia, de la DNEF del Jurado Nacional de Elecciones
Los historiadores Cristóbal Aljovín de Losada, y Julio César Loayza Orihuela publicaron un artículo sobre “La campaña presidencial de Lizardo Montero (1875-1876)”, centrándose en el periplo de participación política del perdedor Lizardo Montero, lo que permite conocer la dinámica de los clubes electorales o partidos políticos que habían empezado a formarse en el Perú en la década del 50 del siglo XIX, y en las décadas posteriores.
De entre todo lo mencionado en el citado artículo sobre este proceso, se da un fuerte peso a los viajes de campaña del candidato Lizardo Montero al interior del país, tanto al sur como al norte, que sin lugar a dudas buscaban el posicionamiento de una fotografía territorial del candidato, a quien sin lugar a dudas muchos conocían de nombre, por su participación dentro de la Marina de Guerra.
Conseguir la adhesión de los electores, no era tarea fácil, en un universo político donde el pisco y la butifarra muchas veces lograron el resultado de quienes se aferraban a esta práctica de clientelaje político en momentos previos, y en el mismo acto electoral. En el proceso electoral de 1875-1876, sería el Congreso quien definiría el triunfo del candidato a Presidente Constitucional de la República, vicepresidente, y parlamentarios. Un personaje que participó para representar a la provincia de Paita en ese proceso, fue don Miguel Grau Seminario.
Desde que advino la República, en el Perú se protagonizaron un conjunto de conflictos electorales, entre los peruanos de situación militar activa y en retiro, al disputarse la conducción de los destinos del país. Los civiles no estuvieron exceptos de estas apetencias, sin llegar a los enfrentamientos vividos desde los protagonistas desde la arista militar.
En la segunda mitad del siglo XIX continuaron las disputas, con protagonismos entre luces y sombras por la afirmación de la democracia. Como lo mencionan Aljovín y Loayza, la campaña de 1875-1876, no estuvo libre de acciones de gran violencia. Asimismo el historiador Jorge Basadre, señala que en octubre de 1875, hubo mucha violencia de la elección primaria en la Capital del Perú, estado del que no se libraron otras ciudades costeñas y serranas, donde también hubo muertos y heridos, tras enfrentamientos en las calles. En Lima, el presidente Manuel Pardo y Lavalle ofreció pagar el enterramiento de los muertos cuyo deceso se había producido en los días de agitación política.
En la elección de 1875-1876 hubo dos candidatos principales, asociados a protagonismos bélicos por la defensa de la patria, el huanuqueño Mariano Ignacio Prado y el piurano Lizardo Montero, el uno del Ejército, y el otro de la Marina. Prado fue el primero en presentar su candidatura en enero de 1875, posteriormente lo haría Montero; y ambos iniciaron su campaña política el mismo día, en el noveno aniversario del Combate del 2 de Mayo. Por coincidencia, ambos candidatos estaban vinculados al Partido Civil, del entonces gobernante José Pardo.
La campaña de Montero a través de viajes al interior no solo se registra en el sur peruano; el norte también estuvo en sus planes de recorrido, y así como lo había hecho en 1871, apoyando a Manuel Pardo, en enero de 1876 llegó a Paita, donde fue recibido en medio de una bien organizada recepción, que se había preparado en los meses previos. Se registra su presencia en La Huaca, Amotape, Piura y Catacaos. Pese a todos sus esfuerzos, Montero no triunfó, los electores prefirieron al general Mariano Ignacio Prado.