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Sáb, Nov

Los piuranos y apurimeños en las elecciones generales de octubre de 1931

David Samanez Ocampo, gobernante del Perú, creador del Jurado Nacional de Elecciones en 1931

Miguel Arturo Seminario Ojeda
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ERP. El Perú es un país con vocación democrática. 1931 es un año coyuntural para la historia de la democracia en el Perú, porque el 11 de octubre de ese año, el Jurado Nacional de Elecciones, recientemente creado, lideró el proceso electoral de elecciones generales, quedando registrada en la memoria colectiva generacional, e historia nacional futura, la realización de los procesos electorales, con un organismo electoral, que se aproxima a los 100 años de existencia. De ese modo, el Jurado Nacional de Elecciones, se convirtió en el garante de la voluntad popular.

Por Miguel Arturo Seminario Ojeda

Director del Museo Electoral y de la Democracia de la DNEF del Jurado Nacional de Elecciones

La novedad se vivía porque se anunciaban grandes cambios para el momento del sufragio, no solamente se votaría a los 21 años poniéndose como condición el saber leer y escribir, sino que ya el voto no sería público, sino, secreto, se asomaba así la garantía de la voluntad popular, ejercida por el Jurado Nacional de Elecciones, que iniciaba un recorrido, paralelamente a la eliminación de viejas prácticas y vicios electorales, atrás quedaría poco a poco, el clientelaje político expresado a través del pisco y la butifarra..

No se estaba lejos de una realidad universal, porque sólo en Rusia se daba a partir de los 18 años, mientras que en España a los 23, en Dinamarca y Holanda a los 25, y en Alemania a los 20. La mujer, antes de la Primera Guerra Mundial, en pocos lugares del planeta participaba en el sufragio político, sin embargo se les reconocía derecho en el voto municipal.

El acto electoral del 11 de octubre de 1931

En el estatuto de 1931 se excluyó a los analfabetos, y las mujeres no contaban para las decisiones democráticas; como lo señala Villarán en Europa no había manifestación alguna al respecto, ya que solo en Italia desde 1912 votaban los iletrados mayores de 30 años, previa capacitación. En un país con tantos analfabetos como el Perú, urgía tomar una decisión parecida e insistir en la instrucción popular.

El proceso de 1931 fue el primer ensayo de sufragio secreto y obligatorio en el Perú. El voto obligatorio se había establecido en la Argentina, México, Hungría, Checoslovaquia, Dinamarca, Holanda, algunos cantones suizos, y ciertos estados de Norte América. Las mesas funcionaron hasta las 5 de la tarde, algunas cerraron antes y otras interrumpieron el sufragio a la hora del almuerzo.

La cédula con el voto fue colocada en sobres garantizando el secreto del sufragio y aunque estuviese escrito en cualquier papel sé hacía a mano, dando una validez indiscutible. Pese a todo el cuidado puesto no fueron pocos los errores, como firmar la cédula, causa de nulidad.

Finalizando el acto del sufragio empezaran a llegar quejas contra los Jurados Departamentales y pedidos de reconsideración de muchos lugares, denuncias del rechazo de los votos favorables a ciertos partidos por los Jurados Electorales y del rechazo de los votos a favor de Sánchez Cerro y de La Jara. El Jurado Nacional de Elecciones recomendó a los departamentales un pronunciamiento consciente sobre la validez o nulidad de las ánforas cuando se observara muestras de violación.

Los dos candidatos de mayor aceptación popular fueron Víctor Raúl Haya de la Torre y Luis Miguel Sánchez Cerro. Las elecciones fueron bastantes competitivas y disputadas, y finalmente después de varios alegatos, se declaró ganador a Luis Miguel Sánchez Cerro, quien sería asesinado en 1933.

Ganadores por Apurímac y Piura en el proceso electoral

Salieron elegidos por Apurímac, por el Partido Aprista Peruano salió elegido José Raúl Cáceres; y por el Partido Descentralista, representaron a Apurímac Efraín Trelles Montes, Mariano Ocampo y Juan Antonio Trelles Montes, es decir, dos hermanos representaron a Apurímac en esta ocasión, dentro del conjunto de los elegidos. Al parecer, Guillermo Cáceres Gaudet fue un candidato independiente, que resultó ganador.

Los piuranos que fueron al Parlamento ese año fueron Eusebio Merino Rivera, Carlos Artadi, Pablo Sánchez Cerro, Matías E. Prieto, Luis Antonio Eguiguren Escudero, Hildebrando Castro Pozo, y Luciano Castillo Colonia. Solo los nombres de los tres últimos se mantienen entre los que dejaron huellas perdurables en la historia de la democracia y en el campo político y jurídico.

Salió elegido como ganador en las elecciones presidenciales, quien luego sería asesinado, el piurano Luis Miguel Sánchez Cerro, cuya muerte quedó en una nebulosa, al irse más allá de las sospechas contra quien disparó, que fue muerto de inmediato. Los triunfadores de 1931, como constituyentes, y como diputados, después de la elaboración de la Carta Magna de 1933, terminarían su período en 1936, continuando en el ejercicio de sus cargos, porque el presidente Benavides desconoció el triunfo de Luis Antonio Eguiguren Escudero, en el proceso electoral de 1936, marcando con esta actitud, una de las sombras en la historia de la democracia en el Perú.

Diario El Regional de Piura
 

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