ERP. Pescadores artesanales de las caletas El Ñuro, Los Órganos y Cabo Blanco, en la provincia de Talara, región Piura, han vuelto a quejarse por las consecuencias de la pesca de arrastre, un tema preocupante del que se habla poco, pues amenaza las especies del Banco de Máncora.
Denuncian que las embarcaciones ilegales operan perjudicándolos y explican que la pesca de arrastre opera dentro de las cinco millas, la zona menos profunda y arrasa con la biodiversidad, hábitats y destruye otros seres vivos.
Según información de la Dirección Regional de la Producción de Piura (Direpro), en Talara hay más de 2 mil 500 pescadores formales y 350 embarcaciones que cuentan con sus documentos en regla se perjudican con la informalidad.
Consultado el presidente del Gremio de Pescadores Artesanales del Puerto de San Pedro de Talara, José Panta Ramírez, asegura que debido a la depredación por parte de estas embarcaciones que invaden esta provincia costera, ahora pescan menos, su jornada laboral ha disminuido en un 60%.
“La pesca ilegal de arrastre puede levantar en peso entre 100 y 200 kilos de langostinos por embarcación solo durante una faena. Y eso implica, además, devolver al mar especies juveniles muertas, entre sardinas, congrio rojo, caballa, cachema, merluza, tollo y otras. El daño es irreparable, las especies están desapareciendo”, remarca.
Por su parte, el biólogo pesquero Carlos Pais Lescano, del Instituto del Mar del Perú (Imarpe) y docente en el Instituto Superior Tecnológico de Talara, nos dice que la depredación del mar implica un riesgo para la economía de los pescadores artesanales y la seguridad alimentaria.
“Hay una flota arrastrera ilegal que pesca dentro de las 5 millas, justamente en la zona reservada para la pesca artesanal y muchas veces ha habido problemas con la flota artesanal de El Ñuro y Cabo Blanco que, básicamente, usan hilo y anzuelo. A la hora de entrar a la zona de pesca reservada para pesca artesanal y encontrarse con embarcaciones pequeñas de El Ñuro y Cabo Blanco, hay conflictos”, indica.