ERP. El Perú es un país diverso, consecuencia del sincretismo fundamentalmente racial, pero al mismo tiempo, dispar como efecto del abandono del Estado a poblaciones alejadas de la capital. Lo sucedido con los reporteros de Cuarto Poder en Cajamarca, lo dicho por María del Carmen Alva en Piura, donde indica que “El Congreso es para blancos e indios” son una clara muestra de lo que prevale.
En definitiva, el Perú tiene territorios que subsisten por gestión de sus propias organizaciones e iniciativas compartidas y obtienen sus saberes mediante la heredad, la experiencia en su interrelación con el territorio que habitan y la poca educación que obtienen de un Estado muy precario, inexistente para lo cotidiano, pero presente y unificado cuando se trata de extraer recursos naturales si los hubiese.
Es diferente vivir en la costa, en la sierra y en la selva. Incluso se puede afirmar que esta diversidad cultural, se da incluso en las grandes ciudades, conformadas por procesos migratorios significativos y que conllevaron a la ocupación del suelo, mediante asentamientos humanos o urbanizaciones populares, donde se imbrican manifestaciones culturales de la zona origen y de destino.
De acuerdo a la UNESCO, Interculturalidad se refiere a la presencia e interacción equitativa de diversas culturas y a la posibilidad de generar expresiones culturales compartidas, a través del diálogo y del respeto mutuo. Este concepto se encuentra en el artículo 4.8 de la Convención sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales.
No entender las diferencias culturales, lleva a cometer yerros en la interpretación e incluso sacar conclusiones sin considerar el contexto que la origina. Bastaría realizar un análisis exegético de la forma como se concibe el territorio, el valor de su paisaje, el uso de los recursos naturales, el valor del recurso hídrico, caminos autoconstruidos, canales de irrigación, forma y manera de resolver conflictos y otros temas.
Allí donde el Estado simplemente no existe, son las propias poblaciones a través de sus organizaciones las que regulan su convivencia pacífica. Hacer un camino no puede entenderse sin la entrega compartida de su mano de obra, lo mismo adecuar un colegio para las niñas y/o niños, encauzar el recurso hídrico para sus cultivos. En lo social, los temas de seguridad son su responsabilidad y los métodos que usan son generalmente aceptados por estas comunidades.
El Poder Judicial, ha realizado diversas interpretaciones que precisan el campo de actuación de las rondas campesinas; sin embargo, muchos analistas y otros, desconociendo conceptos, afirman de presuntos delitos cometidos por un grupo de comuneros, que decidieron intervenir a un grupo de periodistas, que tienen como común denominados, su limitado entendimientos del derecho.
Mirtha Vásquez, especialista en defensa de derechos comunales y de rondas campesinas, ha precisado con meridiana claridad, el tema de la intervención a los periodistas. Se requiera para informar con la verdad, no solo informar respecto al hecho en si mismo, sino igualmente el marco jurídico aplicable, en función a casuística desarrollada por el Poder Judicial.
Adicionalmente, es pertinente tener en cuenta, esa diversidad cultural de la cual mucho se habla y dice, pero que, sin embargo, se conoce poco y se generaliza lo que algunos medios de comunicación interesados afirman o especialistas con nulo conocimiento en la materia. Es necesario comprende al país en su integridad, con sus particularidades culturales y no encasillarlo a una homogeneidad cultural inexistente.