ERP. La situación de Piura es boyante y muchos se entusiasman por el crecimiento económico; sin embargo, los reservorios vacíos del agua del Catamayo-Chira y del Quiroz; son elementos que nos muestran con hechos reales que el cambio climático es una realidad y que se deben adoptar no solo decisiones institucionales, sino culturales para valorar el agua como un recurso escaso y de obligatorio uso racional.
Para el Gobernador de Piura, Reynaldo Hilbck la situación de estabilidad a favor de la agricultura es recuperando Poechos y esa expresión es ligera y producto del entusiasmo; la situación del uso racional del agua se dará cuando la cultura de los agricultores, de los industriales y sobre todo de los consumidores domésticos sea el de la racionalidad y uso sostenible de este recurso.
Como se sabe Poechos, almacena el agua que viene del Ecuador; la represa construida en el cauce del río se ha sedimentado y existen proyectos para recuperarla, los cuales por sus altos costos aún no se hace. Además, no existe consenso para hacerlo, unos creen que se puede sacar la arena para ganar hondura y otras creen que debe subirse la cota para incrementar el volumen del agua.
Lo cierto que la imponente obra de ingeniería de los 70, hoy solo es una pequeña laguna con algo de agua almacenada que se la pelean los agricultores de Piura, Sullana, Sechura y Paita, los cuales en gran parte no tienen riego tecnificado, siguen sembrando arroz regado por inundación y en vez de preocuparse que hacer para tener una agricultura competitiva le echan la culpa a las instituciones responsables de la gestión del agua.
La situación crítica igualmente se vive en San Lorenzo, la misma que no está en el cauce y que ingenierilmente debe entenderse que tiene mejor localización que la de Poechos, ha llego a un nivel preocupante. Simplemente, en la cordillera de Piura no llueve y si eso no sucede no existe agua para las zonas bajas. Evidentemente, el cambio climático es una realidad y no un concepto de científicos y alarmistas.
Contra toda la falta de lluvias en las zonas altas y bajas por supuesto, los agricultores, principales demandantes del recurso hídrico, salen a las carreteras y exigen que se les entregue cuotas de un recurso que se encuentra escaso y que se debe gestionar eficientemente.
Su preocupación y protesta es comprensible, pero su cultura en la gestión de estos recursos no es racional; siguen sembrando arroz por inundación porque saben que el agua es barata y no dicen más porque aparentemente es un recurso que no se acabará nunca. Más no solo eso, el poco recurso hídrico que existe aún, es contaminado y las lagunas unas inmensas cloacas como sucede en la presa de Sullana.
La parte cultural es de las personas y en sus manos y en su decisión, se encuentra analizar el problema actual, hacer un poco de prospectiva para lo que viene y adelantarse en las decisiones para cautelar lo existente. No es cuestión solo de reserva, como se dice, sino de uso racional y de mejoras tecnológicas para seguir sembrando.
Pero el tema no pasa solo por falta de recurso hídrico. En la serranía ya no llueve y los cerros se vienen secando; además muchos de ellos han sido quemados para incorporarlos a la agricultura estacional. Los pastizales naturales totalmente secos por la sequía, han generado un hecho nuevo de creciente preocupación en Piura: Los incendios forestales.
Frente a ello, muchos han pedido nuevamente emergencia y sabemos, que podrán declarar miles de emergencias por este y otros casos, pero jamás se resolverá adecuadamente los problemas.
Qué se debe hacer algo, paliar los impactos actuales con ayuda humanitaria a los afectados es entendible. Sin embargo, sin un cambio cultural el problema seguirá tan pronto suceda lo que siempre acontece, es decir cuando llueva a raudales y nuevamente los repositorios se llenen y los usuarios usen indiscriminadamente el agua, como si nunca se fuera a acabar.
Trabajemos por el cambio cultural. No es imposible.