ERP. Fervorosa, multitudinaria, jubilosa, así fue todo el proceso de entronización del Papa León XIV o Papa Robert Prevost, el pontífice peruano-americano que reemplaza a su predecesor Francisco y que tiene la difícil misión de liderar la iglesia Católica. En su ingreso emotivo a la Plaza San Pedro, estuvo acompaña del sacerdote peruano Edgar Iván Rimaycuna Inga, designado secretario personal. En la cita estuvieron presentes jefes de Estado y misiones de otras religiones.
En la misa de inicio del pontificado, el Papa León XIV, recibió no solo el afecto de millones de católicos del mundo y varios miles de ellos presentes lo siguiente: Anillo del pescador, impregnado en él el nombre de León XIV, sucesor de Pedro; así como el Palio, que es una banda de lana blanca que simboliza al buen pastor.
En realidad, momentos emocionantes, llenos de misticismo y propio de un evento de inicio del Papado. León XIV recibió las insignias litúrgicas, oficialmente es el Obispo de Roma y Papa de la Iglesia Católica.
“Fui elegido sin ningún mérito y, con temor y temblor, vengo a ustedes como un hermano que desea hacerse siervo de la fe y de la alegría”. Lo afirmó León XIV en su homilía de la misa de inicio de su pontificado. El Santo Padre expresó su deseo de una Iglesia unida, que sea fermento para un mundo reconciliado.
Tras la proclamación del Evangelio, tres cardenales de los tres órdenes (diáconos, presbíteros y obispos) se acercaron a León XIV para la entrega de las insignias episcopales “petrinas”: el cardenal Mario Zenari le impuso el Palio y el cardenal Luis Antonio Tagle le entregó el Anillo del Pescador. La ceremonia continuó con el rito simbólico de la “obediencia”, rendido al Papa por doce representantes de todas las categorías del Pueblo de Dios, provenientes de varias partes del mundo, entre ellos, el cardenal brasileño Jaime Spengler. A continuación, el Pontífice pronunció su homilía.
