ERP/M.Seminario. El general don José de San Martín proclamó la independencia nacional, el 28 de julio de 1821, estampando en una proclama memorable, esa actitud de respeto por la voluntad del pueblo peruano, que desde su llegada al Perú había manifestado por escrito a través de actas, su voluntad de vivir de manera independiente con respecto a la metrópoli española. Ya gran parte de los pueblos del Perú le habían remitido copias de las actas de declaración, proclamación y jura de la independencia en todo el virreinato peruano, y Piura, cuya proclamación se había protagonizado el 4 de enero de 1821, no fue la excepción, de manera que debemos entender la proclama sanmartiniana, como el resumen de respeto por lo que querían los peruanos, ser libres e independientes, causa justa, en la que estaban seguros los apoyaba el Creador.
En Piura se supo casi de inmediato la proclamación de la independencia nacional. El 7 de agosto, Tomás Diéguez, autoridad eclesiástica en Piura, se encontraba en Catacaos, cuando le llegó la noticia sobre lo que había acontecido en la capital virreinal, y desde ese lugar lo comunicó a los sacerdotes del interior piurano, o sea, la novedad le llegó casi de inmediato, celebrando a poco, en la iglesia matriz, hoy catedral de Piura, el oficio correspondiente. En Sullana, entonces La Punta, se enteraron recién el lunes 13 de agosto, según declaración del párroco José de los Santos Vargas Machuca, quien de inmediato dispuso la celebración de una Misa, en oficio solemne para el siguiente domingo 19. La Misa fue cantada con la mayor gracia y pompa posible, de acuerdo a la realidad de La Punta, y seguro que en la ornamentación del altar y otros menesteres relacionados con la celebración, habrán colaborado las mujeres de La Punta, troncos de la familias sullaneras que hasta hoy perduran en el Valle del Chira.
Sobre la llegada de la noticia, y celebración de la independencia nacional en Piura, queda un buen testimonio en la correspondencia contenida en la colección de documentos de Tomás Diéguez, en el Archivo General de la Nación de Lima, y en los documentos emitidos por las autoridades del Tribunal del Consulado que lo hicieron saber a sus representantes en Piura y en Paita, así como lo comunicaron a otros pueblos del interior del virreinato. En Piura se había seguido de cerca la gesta sanmartiniana, numerosas cartas así lo manifiestan, y quizá eran pocos los piuranos que conocieron en persona al general San Martín, personaje que recién al año siguiente llegaría a la región, en breve estancia en el puerto de Paita, sin desembarcar en ese lugar.
Cuando en Yapatera se enteraron de la proclamación, celebraron una Misa antes del 20 de agosto, en Huarmaca la celebración fue después del 22, Colán se aprestó a la celebración después del 17 de ese mes, cuando aún estaba como cura párroco, Gregorio de Alva, de tendencia fuertemente realista. En Tumbes, entonces jurisdicción piurana, la celebración congregó a todo el vecindario. En los pueblos lejanos, donde la noticia de la proclamación de la independencia en Lima, llegó con bastante retraso, seguían haciendo rogativas y plegarias hasta fines de agosto, como ocurrió en Frías, y San Fernando de Chalaco. Al año siguiente el general San Martín se retiró del Perú, y otra figura americana, Simón Bolívar, se convirtió en el personaje principal asociado a la consolidación de la independencia nacional.
Miguel Arturo Seminario Ojeda/Presidente Honorario de la Asociación Cultural Tallán.