Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda. En mis publicaciones sobre historia de Sullana, he destacado siempre el rol que tuvo la mujer en el Valle del Chira, con respecto al mando que tradicionalmente se le concedía en el mundo prehispánico, asumiendo la toma de decisiones, con el nombre de Capullana, como lo mencionarán Juan José Vega, María Rostworousky, Alex Diez Hurtado, Reynaldo Moya Espinoza, y otros estudiosos del pasado piurano.
Y es que así como existieron curacas o caciques en la costa norte, también las CAPULLANAS tuvieron presencia, como queda registrado en las crónicas del siglo XVI, y en otros documentos que nos han llevado a ubicar CAPULLANAS en otros lugares de Piura, donde creíamos que no las había.
La imposición de patrones de comportamiento europeos, asociados a una mentalidad machista imperante, donde primaba la varonía y el patriarcado, desplazó poco a poco a las mujeres del ejercicio del poder, sin embargo, la tradición del matriarcado en el mundo tallán, se mantuvo en sus costumbres, adaptándose gradualmente en la forma mixta de pensar y obrar en la nueva sociedad.
Por muchos años las mujeres estuvieron privadas del ejercicio del poder, y ya en la República, se les negó la ciudadanía, en una historia indecible y controvertida, que la contamos, para que no se repita. La contamos en una exposición permanente y en una itinerante que presenta un conjunto de datos históricos sobre la lucha de la mujer por su reconocimiento como ciudadana, desde el siglo XIX, hasta el siglo XX, espacio histórico en el que la mujer fue la protagonista principal, para tomar la palabra, frente a la postergación que venía experimentando como consecuencia de la mentalidad machista imperante.
Aparecen en este escenario, mujeres de todo el Perú, y no solamente de Lima, y la figura del hombre que desde 1867 venía abogando por los derechos de la mujer: Celso Bambaren Ramírez. Se cuenta con la relación de mujeres que en las primeras décadas del siglo XX, se asociaron en el interior del país, como respondiendo a un proceso de grupalización frente a un problema común: la postergación de todas las mujeres en el universo de la ciudadanía.
En este protagonismo hay datos históricos sobre la lucha y participación de la mujer como ciudadana en el Perú, así como de su reconocimiento como ciudadana y su primera experiencia como tal entre 1955 y 1956, en cuyo universo están las precursoras, así como el doctor Celso Bambaren Ramírez, defensor de los derechos de la mujer, cuyo hito principal fue el decreto del 7 de setiembre de 1955, ya que un día como hoy se reconoció la ciudadanía a la mujer, tras una lucha en la que ella fue la principal protagonista.
En el proceso electoral de 1956 con participación femenina, 30 fueron las primeras mujeres que ese año, aspiraron a llegar al Congreso de la República, alcanzando un espacio solo 9, una como senadora, y ocho como diputadas; posteriormente las mujeres siguieron en la escena política, en los procesos de elecciones generales, municipales y regionales, situaciones en las que Piura no ha estado ausente, demostrando las mujeres diputadas y congresistas, así como las alcaldesas y consejeras regionales, que tienen capacidad y experiencia para ser líderes y administradoras cuando les toca ejercer el poder.
Hay muchas mujeres que en el Perú siguen luchando como María Alvarado Rivera, quien fue una de las primeras mujeres en plantear sobre la igualdad de derechos civiles y políticos para la mujer en 1911; y que luchan como lo hicieron Zoila Aurora Cáceres, Magda Portal, Ángela Ramos, Elvira García y García, Mercedes Cabello de Carbonera, Clorinda Matto de Turner.
Hoy estamos a un mes de un proceso electoral municipal y regional, en el que las mujeres, como abanderadas de esa lucha, siguen participando, y buscando la oportunidad de demostrar que son capaces de dirigir a la sociedad a nivel local, distrital, provincial, regional, y nacional.