Se analiza la futura creación de centros por actividades productivas en zonas rurales
Lima. De los 2,628 institutos y escuelas de educación superior públicos y privados que existen en el Perú, apenas 17 tienen carreras acreditadas, lo que garantiza que brindan servicios de educación de calidad a sus estudiantes.
De acuerdo con lo informado por el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (Sineace), organismo técnico especializado adscrito al Ministerio de Educación, un instituto debe acreditar primero sus carreras profesionales y luego se acredita la institución como tal, por lo que el proceso es largo.
No todas las carreras de los 17 institutos señalados están acreditadas. Por ejemplo, el Instituto Continental de Huancayo tiene solo seis carreras; Le Cordon Bleu Perú tiene tres carreras acreditadas e IPAE solo dos.
Dos etapas
El Sineace, en funciones desde 2006, se encarga de la primera etapa del proceso de certificación, que puede durar entre dos y tres años, tras la cual se procede a la evaluación externa, que puede demandar tres meses.
De concluirse satisfactoriamente ambas fases, la institución recibe la ansiada acreditación (ver recuadro).
El costo de la evaluación externa para los institutos nacionales lo asume el Estado, y el de los privados, la propia institución. La certificación de una carrera técnica puede llegar a costar hasta 25,000 nuevos soles.
Al 31 de octubre de este año, hay 602 carreras de institutos de educación superior tecnológica en autoevaluación y 14 carreras en evaluación externa, que de aprobar estarían cerca de obtener su acreditación.
Nueva ley
"Existe un proyecto de ley de institutos que el Ejecutivo y los miembros de la Comisión de Educación del Congreso de la República discuten. Se ha consultado también a representantes de diversos institutos públicos y privados de Lima y provincias para recoger sus opiniones y aportes", indicó el viceministro.
Los institutos de educación superior siempre han dependido del Ministerio de Educación, a diferencia de las universidades, que tienen autonomía y autorregulación.
"La propuesta es disminuir esa carga, de tal manera que dichos centros puedan tomar decisiones en cuanto a la gestión como en la organización de sus procesos académicos internos", indicó Figallo.
"24 solo de computación"
El legislador Daniel Mora adelantó que la nueva ley de institutos está lista para remitirla a la Comisión de Educación del Congreso, y este año tiene que debatirse y aprobarse en el pleno. "Debe haber un ordenamiento. Cada instituto privado inventa carreras que a veces no son reconocidas. Nuestro país tiene 24 carreras de computación y en Brasil hay solo cuatro. Es necesario definir los requisitos mínimos para el funcionamiento de un instituto, determinar la cantidad de laboratorios y bibliotecas que debe tener y, sobre todo, el perfil del profesional que se requiere para cada carrera que no existe, o si existe, no se aplica", acotó.
Anunció que se estudia la posibilidad de que haya institutos por actividades productivas, especialmente en las zonas rurales. En las urbanas podrían ser multiprofesionales.
"Pensamos que deben crearse institutos tecnológicos que no se tienen: que asimilan, desagregan, adaptan tecnologías y produzcan innovación", puntualizó.