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Sáb, Abr

Las obras de prevención que no se pueden hacer en caso de un ‘Niño global’

Editorial
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ERP. Tener poblaciones seguras frente a altas precipitaciones no es cuestión de obras que se realizan previo a un hecho catastrófico o en pleno proceso. Es iluso creer que se pueden lograr prevenir riesgos de la noche a la mañana, cuando esta situación debe ser consecuencia del día a día en el crecimiento de un asentamiento humano. Crecer incorporando la gestión del riesgo es el resultado de una cultura de la previsibilidad.

Los impactos de los Fenómenos el Niño en la región Piura y también en todo el país, no son hechos nuevos, pero pese a lo sucedido, los errores se han seguido repitiendo y la población solo despierta cuando tiene los problemas en su propia puerta. No existe una cultura de la prevención y las ciudades son construidas de cualquier manera y sin ningún tipo de planificación.

No es la primera vez que las crecientes del río Piura y del Chira y sumamos al de Huancabamba, han arrasado aquello que estuvo mal ubicado. Un criterio racional posterior hubiera sido no permitir la ocupación del suelo en dichos lugares; sin embargo, existen diversos casos donde se repiten los problemas y muchas veces terminan en desgracia, cuando se pudo prevenir.

Igualmente, se ha visto destruidos muchos badenes en el pase por un río o quebrada seca, se activan ante las lluvias y destruyen lo construido; lo que pudo llevar hacia la construcción de puentes, terminan con la reconstrucción de lo destruido. Vale mencionar la quebrada San Francisco en Tambogrande, Yapatera en Chulucanas, Serrán en la vía hacia Huancabamba, por mencionar algunos casos identificados.

El río Piura ha crecido tanto, que ha diseñado su propio cauce, pero en la ciudad, en la parte del denominado Cuarto Puente, se mantiene el ancho del río recortado. Nadie habla por ahora que se recupere la caja natural y que se construya un nuevo puente con la amplitud suficiente. Sigue en esas condiciones para vivir con tensión el potencial desborde. Irresponsabilidad de autoridades y también de los propios propietarios.

Acabamos de realizar un informe sobre el Eje Vial 2 Sullana- El Alamor y lo que encontramos son muchas quebradas que interrumpirán el tráfico, en caso de lluvias intensas, ya sucedió y volverá a repetirse porque así concibieron su diseño original. Lo mismo hicimos para la vía Sullana- Paita y tampoco se ha avanzado algo en una solución diferente.

La situación crítica de las ciudades de la costa, es la misma tanto en Piura, como en Sullana, Talara, Paita, Sechura y otros centros poblados de menor densidad. Ocupación del suelo en hondonadas, inexistencia de drenes pluviales que sirvan, posesión en zonas de quebradas y ríos y en caso de altas precipitaciones las consecuencias son casi parecidas. Por el momento, se tiene escasa información para saber las acciones inmediatas frente a la posibilidad de un ‘Niño Global’.

Por el momento se viene trabajando algunos estudios de drenaje pluvial, no solo de Piura, sino igualmente de otras ciudades importantes; sin embargo, si un ‘Niño Global’ es real para fines del 2023 y verano del 2024, toda la región Piura repetirá su propia desgracia y solo queda preparar ayuda humanitaria para socorrer a los damnificados y afectados. Se requiere en estos casos información y transparencia la que a decir de muchos, no existe en lo que se viene haciendo.

Repetimos una vez más, una ciudad segura no es el resultado de actividades de prevención, sino del manejo responsable del presupuesto que año a año se gasta en un territorio. Ello implica alta planificación y construcción oportunidad en relación a las necesidades y una autoridad pública fuerte para que no permita la ocupación del sueño en cualquiera lugar. No es difícil, debe hacerse por la seguridad presente y futura de las personas.

Por lo tanto, que quede claro, que, si llueve en la cuenca del Piura y del Chira, los riesgos de desborde se mantendrán y no se podría hacer nada de nada para evitarlo, si se presentan los supuestos; igualmente, si dichas lluvias se concentran en las ciudades, los impactos serían los mismos de los que ya se vivieron en el presente año y otros anteriores.

Sin embargo, lo que, si debemos ser conscientes, es que parte de los nuevos problemas son de las autoridades y de la población misma. Existen inversiones que pudieron prevenir, pero no se hicieron. Es el caso de lo visto en la urbanización Ignacio Merino de Piura, donde se repitieron los mismos errores de ocupación del suelo. Ahora vienen construyendo drenes para traspasar hacia la avenida Vice las aguas pluviales, cuando bien pudieron aplicar la misma ingeniería al momento de la reconstrucción.

La danza de millones se encuentra en proceso de planificación y priorización, pero no sabemos si se habrá aprendido de la experiencia. Las palabras que se escuchan son las mismas de gobiernos anteriores y no existe garantía que se hará algo de utilidad. Vale dudar una vez más, pero igualmente se requiere efectividad en lo más urgente, para evitar daños y para hacer obras definitivas que deberán planificarse después de este laberinto de temor y miedo que se viene sembrando.

Diario El Regional de Piura
 

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