ERP. Es conocido que la leche aporta favorablemente a la alimentación en las diversas etapas de la vida; particularmente, en el fortalecimiento de los huesos y en el proceso de crecimiento. En términos nutricionales, expertos aseguran que tres vasos diarios de leche aportan 400 miligramos de calcio, además de vitaminas, minerales y proteínas que son de utilidad para el organismo.
A pesar de ello, hay que tener en consideración que las formas de consumo de leche y derivados incide en el nivel de absorción de nutrientes para la salud. Según señala Youmi Paz. Dra. En Nutrición de Gloria, “la ingesta de leche o derivados debería aumentar sobretodo en grupos vulnerables por problemas de desnutrición, particularmente en los niños.”
Algunos entendidos en producción lechera afirman que la leche de vaca cruda es más agradable al gusto y que posee suficientes nutrientes para el organismo. Sin embargo, se debe considerar que la leche cruda puede contener una alta cantidad de bacterias y microorganismos dañinos para la salud que a diferencia del tratamiento industrial donde el producto pasa por un proceso de pasteurización o tratamiento térmico para eliminar los microorganismos potencialmente peligrosos.
De acuerdo con Youmi Paz “la leche cruda sin tratamiento térmico, puede contener bacterias patógenas que al entrar en contacto con el organismo generaría problemas graves de salud, especialmente en niños, embarazadas y personas mayores”. Algunas de las enfermedades que se pueden contraer son meningitis bacteriana, brucelosis, el E. Coli o la listeria.
Para evitarlo, se recomienda impulsar las buenas prácticas de higiene, controlar una cadena de frío que conserve la leche por pocos días y hervirla con el objetivo de reducir las bacterias de manera más efectiva.