ERP. Con 75 años de edad, 4 hijos, 5 nietos y la tranquilidad de su hogar, para don Eugenio Sosa Sandoval, uno de sus mayores placeres de la vida es tomar su acordeón italiano Paolo para dar rienda suelta a sus sentimientos. Destaca en este diàlogo, la sobriedad en sus relaciones amicales y la constante preparación para perfeccionar su arte, el cual, no lo duda, es el elemento fundamental de relación con su terruño.
Este cataquense, con 44 años de su vida dedicados al trabajo en la textil, la música le llega por ADN, pues es un autodidacta, que por oído aprendió a tocar acordeón y saxo y en esos devaneos, le dio el gusto para componer algunos temas, especialmente valses.
Hijo de don Fortunato Sosa Martínez y de doña María Cándida Sandoval Sernaqué, por ambas ramas tiene parientes músicos y fue al quedar huérfano de padre, que escuchando al señor Mendoza inició su conocimiento y uso del acordeón.
Cuando estudiaba en la 253 de Catacaos o en la 21 de Piura, se acercó más, pero en la secundaria al llegar al Agropecuario, en Chiclayito, le enseñó, don Faustino Ramírez Sandoval a tocar Saxofón.
Sus recuerdos le llevan al atrio de La Catedral de Piura, al parque infantil, o en la inauguración de América TV, canal 2 de Piura, donde por su talla y habilidad para interpretar el saxo, era la foto obligada.
Fueron días felices.
Cuando visita a un pariente en Lima este le pide que “se centre en los arreglos de su música, pues tenía futuro”. Tras un trabajo paciente, humilde, y comprometido compuso, “Soy cataquense”, luego vendría “Bellas dormilonas”, “Madre, la palabra más hermosa”, “Mi ángel” y muchas más que se quedaron en el tintero.
Humildad, honestidad, ser observador, poner los acordes precisos y mucho sentimiento son, para él, la clave para que la inspiración fluya y nazcan bellas composiciones.
Cuando realiza sus ensayos, su casa, en el cruce de las calles San Sebastián y Pisco, es el punto, en el cual vecinos, mototaxistas, turistas y visitantes hace un alto para escuchar su música. Él los invita a sentarse para compartir.
Este Rotario se encuentra satisfecho de haber dejado algo para su querido Catacaos, ahora junto a su querida esposa Amanda Guaylupo, ofrecen artesanía en su hogar, pero mejor que eso, es tocar para niños, ancianos, adultos, jóvenes.
Otro regalo que la vida le ha otorgado es sonar su acordeón para niños especiales, y sumarles a crear música. Queda su preocupación por la escasa promoción y apoyo a los compositores de la Heroica Villa.