ERP. Desde hace más de 30 años, venimos repitiendo los mismos argumentos. La costa del norte peruano, no se encuentra preparada para soportar lluvias, por muy tenues que sean ellas siempre traen problemas mayores si son catastróficas y problemas de diversa índole si son menores.
Quienes conocemos la sierra y muchos hemos nacido en ella, sabemos que desde diciembre e incluso hasta abril las lluvias son cotidianas. Las familias prevén e incluso hacen sus provisiones para evitar desabastecimientos. Los problemas en la sierra generalmente no son por uso de suelo, sino por los impactos en las vías de comunicación.
Tras lluvias los problemas son diversos y los estamos viendo ahora. Piura, Sullana, Talara, Paita y otras ciudades costeñas, ante lloviznas terminan con aniegos y fango. La conclusión es simple, ninguna ciudad de la costa del departamento de Piura está preparada para soportar lluvias y es válido igual para Tumbes, Lambayeque, Trujillo.
Y esta situación se debe a diversos factores, pero generalmente a algo bastante simple y está referido al sentido común entre la propia población, falta autoridad y conocimiento técnico entre las autoridades y lo que es más importante, faltan recursos económicos para realizar obras de prevención que protejan a las familias frente a precipitaciones tenues o fuertes.
La prevención no se hace tras una lluvia. La prevención se hace en el día a día. Esta apreciación es la que nunca se tiene en cuenta. Llueve ahora, existen destrozos, pasan las lluvias y la vida continúa como si no hubiera pasado nada. En el día a día, implica que debe conocerse el territorio, las cuencas existentes y sobre esa base, establecer el desarrollo urbano.
En el día a día, implica decirle no a quienes desafían a la autoridad y se posicionan en cualquiera sitio, bajo el prurito que no tienen vivienda. Es así que se permite posicionarse en cualquier lugar. No tener en cuenta esta elementalidad, es estar generando próximos damnificados y/o afectados por eventos de esta naturaleza.
En las ciudades son las hondonadas, la falta de drenajes, las viviendas construidas en zonas vulnerables; en la sierra son los caminos que bloquean todo. En la costa, la densidad poblacional avanza, en la sierra la densidad disminuye. Sin embargo, en los últimos tiempos observamos que los males de la costa, se están replicando en la sierra y las poblaciones urbanas se ubican por los cauces de la quebrada o a la ribera de los ríos.
El riesgo de lo que implica estas actitudes lo venimos repitiendo siempre y seguro que insistiremos. La prevención se realiza cuando al pavimentar una calle se establece perfectamente un drenaje, cuando se establecen zonas urbanas en zonas que no son vulnerables, cuando se deja libre el cauce de las quebradas, cuando el colegio o el establecimiento de salud, son construidos con todos los elementos de protección y seguridad debida.
En esta semana, hemos visto como algunos medios nacionales se preocupan por lo que sucede en Piura, Lambayeque y Tumbes. Comparar Lima con estas ciudades es demasiado; en el caso de la capital del país, solo llovizna y poco; en el caso del norte peruano, cuando calientan las aguas del mar se crean las condiciones climáticas para una situación adversa.
Difundamos contenidos que creen capacidades en la gente; difundamos mensajes que hagan entender a la autoridad. Mejoremos las relaciones entre niveles de gobierno y asignemos año a año los recursos que se requieren para que haya una real prevención. Hacerlo es evitar lamentos y desgracias futuras.