ERP. El presidente del Consejo de Ministros César Villanueva Arévalo, renunció cuando todo el Perú conmemoraba el Día Internacional de la Mujer, lo hizo sin explicar razones y quizá comprendiendo que el Perú sabe que su actuación en el gabinete solo ha sido entusiasta y que más allá de algunos buenos deseos ningún cambio real en el Estado queda como legado.
Villanueva ingresó al gabinete como sucede con todos los políticos, asegurando que no pero terminan haciendo lo contrario. Tan es así que dijo que no sería ministro de Martín Vizcarra Cornejo, pero terminó siéndolo. Esa limitada consistencia en sus posiciones lo puso en sus primeras disonancias con la opinión pública.
Entre el presidente Vizcarra y Villanueva no existe mucha diferencia, fueron presidentes regionales en el mismo período. Sin embargo, no tienen las capacidades suficientes para entender la complejidad del Estado y se observa ahora, en la escasa propuesta para hacer del Perú un país realmente descentralizado y con transferencia real de competencias y recursos a las regiones.
Al contrario, se tiene un enfoque casi colonial de la gestión del Estado. Frente a los desastres del 2017 Pedro Pablo Kuczynski decidió enviar un ministro como coordinador en cada región. Si revisamos la historia no habría ninguna diferencia en la época de la colonia y la medida mencionada. Recientemente Vizcarra Cornejo, hizo lo propio de tal manera que tenemos como coordinadora de Piura a Zulema Tomás.
“La descentralización supone una nueva forma de distribución de poder en la cual una cuota de éste, anteriormente en manos del nivel central (Ejemplo: Ministerio de Salud, Ministerio de Transporte, etc.), es ahora compartida por los diferentes gobiernos regionales, los cuales cuentan con autonomía política, económica y administrativa en los asuntos de su competencia y dentro del ámbito de su jurisdicción” (Idea Internacional).
El problema es de fondo, el nivel central o Poder Ejecutivo, cree que descentralización es otorgar más recursos para proyectos, por lo tanto, centralizan funciones y recursos en los ministerios y obligan a los gobernadores a las consabidas visitas a Lima y concordar con ministros en los denominados Gore’s Ejecutivos.
Esta actitud demuestra con claridad la recentralización que algunos cuestionan y otros sobrellevan a cuestas quizá sin entenderlo o simplemente por conveniencia. Demuestra asimismo, que desde las regiones no existe claridad de cómo debería funcionar el Estado para adecuarse a la descentralización.
La coordinación es importante y no se puede negar. Existen inversiones que por su cuantía corresponden resolver al nivel central; pero, gobiernos regionales sin competencias efectivas simplemente son una agencia de empleo y nada más. Son las competencias reales y legales las que harán la diferencia de un gobierno subnacional y por el momento y quizá por mucho tiempo es el orden o el statu quo que no quieren cambiar el nivel central.
Respecto a César Villanueva y Martín Vizcarra, ninguna propuesta efectiva para hacer el Estado más eficiente. Ninguna acción que diga que las relaciones de poder deben cambiar; aún en su condición de ex gobernadores o presidentes regionales como se les conocía, solo se dedicaron y se dedican a administrar el Estado de acuerdo a sus patrones tradicionales y centralizados.
Villanueva se va con su propio letargo a cuestas, con su dualidad entre el decir y el hacer; deja al presidente Vizcarra Cornejo, que envuelto en sus triunfalismos del primer año, ahora se somete a un juicio más objetivo y más exigente y la población ve que una cosa es el decir, otra cosa el hacer y tras esta dicotomía viene el desencanto.
Que la renuncia de quien dijo que no para terminar diciendo que sí, permita abrir un camino diferente para el tiempo que le resta a este gobierno. La composición política en el Congreso le es adversa, pero es posible abrir algunos espacios para que el Estado sea realmente descentralizado y con competencias efectivas que por ahora se las niegan a las regiones y estas a su vez prefieren ser silentes y aceptar con estoicismo lo poco que les otorgan.