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Lun, Nov

¿A dónde se fue la música peruana?

Miguel Godos Curay
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ERP. Mi padre vivía en la certeza del servicio perenne a la patria. A estremecerse de emoción cantando el Himno Nacional cada 28 de julio. Las fiestas patrias eran el júbilo de los sentimientos nacionales, los desfiles, el civismo pletórico. Y la degustación obligada de los sabrosos platos nacionales. Empezando por el cebiche, las jaleas y las parihuelas en familia. En los rincones vianderos su majestad el pavo acompañado de lechón o res. Su majestad la papa a la huancaína con queso fresco y la cancha de maíz muela de caballo.

Por: Miguel Godos Curay
Periodista y docente universitario

Julio tenía aroma de zapatos nuevos, de cohetes y 21 camaretazos cada 27 de julio en memoria de Grau. El 28, el día nacional, era la evocación pura de proclamas, héroes y soldados combatientes en el norte y sur de la patria. La solemnidad se iniciaba con Te Deum con presencia de alcaldes y regidores luciendo terno nuevo. Las calles embanderadas daban esplendor cívico al rito patriótico. Los escolares se volcaban a las plazas y el desfile era la competencia anual entre escuelas y colegios por el gallardete del 28.

Algo nos queda aún de esta viva tradición peruana. Al mediodía se escuchaba en Radio Nacional el mensaje presidencial. Una pieza de oratoria impecable en estadistas como Bustamente, Belaunde y García. No existían aún los medios audiovisuales y el color en las pantallas. Radio Nacional era todo. Iniciaba el día con la señal horaria con la que se ajustaban todos los relojes de cuerda y el Himno Nacional.

Ayer se escuchaba música peruana genuina. Hoy no porque Apdayc con su protagonismo liquidador exige el pago de derechos de autor. Persiguen a rabiar toda ocasión donde se reproduce la música nacional. Por eso no hay música peruana en las emisoras. Ni valses, ni huaynos ni sentidos yaravíes. Así hemos ido de más a menos música peruana en las radioemisoras nacionales. Y frente a esa desolación irremediable habría que pedir a la Sunat que pesquise las sacadas de vuelta de Apdayc.

En cierta ocasión en la presentación de una muestra universitaria de fotografías de Piura. Inauguramos la muestra con las notas de San Miguel de Piura de cuya letra anónima se apropió Alicia Maguiña. El utilizar la reproducción de una banda norteña fue motivo para que en fiestas patrias nos colocara contra la pared con notificación en mano el liquidador de la Apdayc. Finalmente lo desafiamos en su ignorancia por el anonimato de la letra de San Miguel de Piura. Finalmente el destemplado nos dejó en silencio y le dijimos que con autorización en mano íbamos a recurrir a Ahí viene la plaga. Un memorable rock.

Arrebatarnos de la música nuestra es una profanación de sentimientos. Una estupidez inaudita que despoja a los peruanos de la música popular. En Ecuador la música tradicional y popular es patrimonio de todos. El cancionero nacional es una fuente de inspiración viva. Fue creada por el pueblo y a él le pertenece. Puede interpretarla un acordoeonista ciego en las empedradas calles de Quito o músicos profesionales y aficionados de cualquier rincón del Ecuador. Suena y resuena en las profundidades del corazón el sentimiento adolorido de los pasillos pero también la alegría y el gozo vivo del carnaval. Albazos y sanjuanitos están en todas partes.

En el Perú aún no se valora como debe ser la cultura popular. Ni se exige a las radioemisoras programas dedicados a la música peruana. Resulta proverbialmente anecdótico que el propio Juan Diego Flórez advirtiera que su interpretación del himno nacional podía ser reproducida en los colegios, escuelas y reuniones populares. La Apdayc (Asociación Peruana de Autores y Compositores) es un ente recaudador y no cumple un rol educador y divulgador de la cultura popular. Por eso en plenas fiestas patrias las expresiones de la música popular están ausentes.

Sin embargo, hoy la revolución de las comunicaciones nos aproxima a todo. Las radios están pobladas de comentaristas sin cultura política. Sus primicias son percances sangrientos, viven pendientes del formulismo protocolar. Poco sentido crítico y analítico sobre lo que se anuncia o se omite deliberadamente. Internet nos muestra lo que acontece en el mundo. Muchas veces nos informamos mejor de lo que sucede afuera que lo que acontece dentro del país. Hasta hoy la prensa alternativa es un pote de mermelada ganancioso para quienes la usan como arma política. Sólo aparecen los que se matriculan con las causas desventuradas. Ven en el mundo con el ojo izquierdo comos los piratas del Caribe.

Ver el mundo con los ojos abiertos. Nos muestra acontecimientos esplendidos e ignorados. El video de Despacito la pegajosa interpretación de Erika Ender, Luis Fonsi y Daddy Yankee lleva en YouTube ocho billones de reproducciones. Y existen en el planeta arreglos y versiones en todas las lenguas como el quechua, chino, estonio y el ucraniano de tal manera que podrían envolver al planeta con este delicioso son. El éxito económico estimado se calcula en 16 millones de dólares. Sus creadores se han dado cuenta perfectamente que perseguir a los que utilizan su creación y la divulgan es una pérdida de tiempo. El subdesarrollo mental no permite que la creatividad se expanda y la coloca perversamente en el rincón de las ánimas.

Sin embargo, no se prive de escuchar lo peruano. Y cuchara en mano venerar a la señora papa, de la que existen 3 mil 500 variedades. O degustar cebiche en homenaje a la tierra que tanto amamos. Por supuesto que no falte la chicha, el clarito o la infaltable cerveza. La promesa de la vida peruana como decía Basadre es una aspiración vigente. “La Independencia fue hecha con una inmensa promesa de vida próspera, sana, fuerte y feliz. Y lo tremendo es que aquí esa promesa no ha sido cumplida del todo en doscientos dos años”. Cuando hizo la anotación Basadre, en 1941, conmemorábamos 120 años de la Independencia.

Diario El Regional de Piura
 

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