ERP/A.Abad. Hay que monitorear si los procedimientos de segregación y disposición son los correctos. En el Centro de Salud II Talara, por ejemplo, existe un contenedor donde colocan embolsados los desperdicios que producen diariamente, esperando que el recolector municipal pase cada dos o tres días a llevarlos y transpórtalos hacia su destino final.
Hay que tener presente que los establecimientos de atención médica, públicos y privados, generan residuos que presentan riesgos potenciales de peligrosidad y cuyo inadecuado manejo puede tener serias consecuencias para la salud de la comunidad hospitalaria, del personal encargado del manejo externo de los residuos y de la población en general.
Los conocedores del tema, señalan que el inadecuado manejo de los residuos sólidos hospitalarios tiene impactos ambientales negativos que se evidencian en la segregación, almacenamiento, tratamiento, recolección, transporte y disposición final.
Por ello, en los hospitales y clínicas de Talara se hace necesario una correcta limpieza y segregación de los residuos hospitalarios para garantizar que la basura común y el ambiente en general no se contaminen.
Consultado el técnico en gestión ambiental, Juan Alvarado Talledo, sostiene que la limpieza de hospitales y clínicas debe estar a cargo de personal capacitado para que tanto trabajadores como usuarios no corran el riesgo de sufrir la contaminación por alguna sustancia tóxica. En ese sentido, señala que habría que conocer si los procedimientos de segregación y disposición son los correctos.
Agregó que el traslado de las bolsas de los residuos orgánicos de las clínicas y hospitales, debería ser en contenedores especiales.
“Si llevamos estos residuos en bolsas en una compactadora de servicio público, podrían ser rotas con el resto de otra basura, lo cual es peligroso… su disposición debe ser en un lugar adecuado”, expresó. Las autoridades deben fiscalizar este procedimiento, remarcó Alvarado Talledo.