ERP. El artesano Evaristo Ipanaqué Jiménez mostrará ejemplares de su creatividad tejiendo canastas de carrizo durante 40 años y que es un producto utilitario de las familias de este territorio que caracteriza el Bajo Piura. El es natural de Catacaos, cuna de artesanos y guardinaes de la creatividad regional, que se transmiten de generación en generación.
Las famosas canastas navideñas, quieren volver a alegrar los hogares de los piuranos, pues un puñado de tejedores de canastas de carrizo se niega a dar un paso al costado.
Evaristo Ipanaqué Jiménez, tiene 52 años y desde los 10, aprendió el oficio de su padre, don Alfonso Ipanaqué Silupú, quien, a su vez, lo heredó del suyo y este domingo, en la plaza de armas de la Heroica Villa, a días de recordar los 35 años, que ostenta el ser la capital artesanal de la región Grau.
Junto a sus hijos Luiser y Eder, dan a demostrar que su trabajo ancestral aún perdura en sus canastas, verduleros, Moisés para los recién nacidos, separadores de ambiente, porta panetón y otro elementos de uso doméstico.
“Nosotros sacamos el carrizo de la zona de Simbilá, lo preparamos y con esmero luego lo convertimos en elementos que nos piden”, comenta.
“Actualmente, nuestros principales clientes son las panaderías de Piura, Sechura, Paita y otros quienes utilizan las grandes canastas de 1.20 o 1,50 metros para transportar y vender sus panes y dulces”, señala este curtido artesano.
“Preparar una de estas canastas nos toma desde las 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde, bien trabajada”, destaca, al tiempo de invitarnos a conocer su arte este domingo en la plaza de armas de Catacaos.