ERP. Una alimentación balanceada desde temprana edad, donde el pescado sea el protagonista, contribuirá a que los niños sean más inteligentes y prevengan el sobrepeso y la obesidad. Así lo afirma D’Janira Paucar, nutricionista del Programa Nacional “A Comer Pescado” del Ministerio de la Producción.
La experta explica que el omega 3, presente en los pescados de carne oscura o azules, ayuda a potenciar la memoria y la concentración y, por ende, a lograr un mejor rendimiento escolar. “Algunos de los pescados con mayor aporte de omega 3 son la caballa, el jurel, el bonito y la anchoveta”.
El omega 3 también estimula la producción de la melatonina, la hormona que regular los ciclos del sueño, lo que permite un buen descanso nocturno. Como consecuencia de ello, el niño mejorará su comprensión lectora, capacidad de análisis y memoria a la hora de estudiar.
Por si fuera poco, esta grasa esencial saludable favorece en la reducción de los síntomas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad, como la falta de concentración y la impulsividad. “El cuerpo no produce el omega 3 y los pescados azules son la mejor fuente de este nutriente”, indica Paucar.
Desde los seis meses y de manera gradual, se puede introducir el pescado de carne blanca en la alimentación del bebé. Junto a otros alimentos, le aportará los nutrientes necesarios para lograr un crecimiento y desarrollo saludable. Después de los nueve meses, se pueden incluir los de carne oscura.
En la etapa escolar, es necesario incluir este alimento, por lo menos tres veces a la semana. “Una buena opción es la lonchera escolar, la cual debe aportar entre 150 a 300 calorías de los alimentos del día”, comenta la especialista, quien recomienda optar por preparaciones saludables como al horno o sancochado.