Donde acaba tu necesidad, comienza la mía
Por: Nelson Peñaherrera Castillo. El martes nos tocó viajar a Tambogrande para realizar unas coordinaciones, así que tomamos los colectivos que suelen estacionarse en la Calle Cinco, en el barrio Buenos Aires, aquí en Sullana. Ya habían dos pasajeros, y con nosotros éramos cuatro. Aunque queríamos sentarnos juntos para conversar en el camino, no se pudo, así que solo había sitio atrás y en el copiloto. Los ocupamos, pero el carro no salía: “falta un pasajero”, nos dijo el llenador.