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Mié, Jun

Democracia peruana, se reconvierte a dictadura congresal sin ninguna contemplación

Editorial
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ERP. La democracia peruana dejó de serlo desde la caída de Pedro Castillo Terrones. Su gestión marcada por su nivel de ignorancia de Estado, nos expuso y dio pie a una campaña desmedida en su contra, en tanto que el ignaro presidente no pudo darse cuenta que el objetivo de destrucción era él y que los enemigos políticos aprovecharían su vulnerabilidad para traérselo abajo y lo lograron.

Congresistas de derecha con plena convicción de sus objetivos, otros de Perú Libre, tan ignaros como su presidente, fueron llevados poco a poco a otros cauces, abonando en números a consolidar una mayoría congresal, que no solo debilitó la presidencia de la República ejercida por Castillo, sino que sumó votos fieles en sus perspectivas de destrucción de esa figura que marchaba al son de sus oscuridades.

Lo lograron y la sucesora Dina Boluarte Zegarra no fue el Martín Vizcarra que pretendió ser captaba por estas huestes, al contrario la mandataria actual, convino arrodillarse frente a ellos, aceptar todos los cambios sin reticencias, designar ministros a imagen y semejanza de esa mayoría congresal, de tal manera que los que antes hablaban de fraude, resultaron ministros de Estado.

Vestida de amarillo, comenzaron a jugar con la indignación popular, juramentó hasta el 2026, ante el grito de protesta reconvirtió la posición y dijo que propondría un adelanto de elecciones, se inició la propuesta, la población salió a movilizarse y le metieron bala, matando a una cincuentena, se presentó y archivó un proyecto de adelanto de elecciones, después de causar el temor popular.

No les interesó jamás el interés nacional, se viene constatando con la calidad de las leyes que se vienen aprobando y con las acciones realizadas para reconvertir al Congreso, en un poder omnímodo, donde el objetivo político o mejor dicho, el objetivo de grupo es lo principal. En esta realidad tener magistrados del Tribunal Constitucional obedientes al Congreso y un maniquí en Defensoría del Pueblo fue el inicio de una escalada golpista.

Nunca antes se han visto, magistrados del Tribunal Constitucional tan pusilánimes, tan acomodaticios, tan obedientes a la mayoría congresal. Resuelven sin tapujo alguno a favor de ello, cuando los temas son de interés de quien los nombró e incluso hasta declaran de forma graciosa respecto a lo que resuelven. Su independencia llega hasta donde le permiten sus designadores.

Recordemos que el presidente del Tribunal Constitucional, salió a declarar respecto a la interpretación de la disolución del Congreso y manifestó que en la práctica el Congreso solo puede disolverse si ellos quieren; bajo dicha interpretación no es la prevalencia para resolver un tema político, sino un asunto de permisividad. De esta manera, dejaron al Ejecutivo como un simpe observante y sin poder.

Zoraida Ávalos Rivera, inhabilitada fiscal suprema, antes de darse una medida draconiana en su contra alertó los riesgos de permitir su sanción, no tanto en contra de ella, sino en contra del sistema judicial. Aún se escondían las formas, pero se daban los primeros pasos aviesos y temerarios para destruir todo aquello que les incomoda y que tienen un nivel de independencia y autonomía que no era posible doblegar.

A la fecha, vienen logrando todo su cometido, no solo tienen en su órbita a magistrados del Tribunal Constitucional, al Defensor del Pueblo, ahora han logrado que el Contralor General de la República les corresponda y están en camino de desaparecer a la Junta Nacional de Justicia, donde un futuro Senado, tendrá la facultad de incidir en el nombramiento y cese de magistrados del Ministerio Público, Poder Judicial, Jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales, del Reniec y otras instancias.

La autonomía e independencia que garantizaba esta precaria Constitución solo será un enunciado sin sentido, se encuentra pendiente la aprobación de reformas a la Ley Electoral y es posible que el Poder Ejecutivo las promulgue o que en insistencia el Congreso las aprueba. Es lo mismo, en esta norma, por ejemplo, se retrocede en normas que determinan la paridad y alternancia de hombres y mujeres en la lista. Estamos regresando a los albores de la República.

Esta semana será determinante en los fines protervos de esta mayoría congresal, se conocerá en detalle, quienes urden desde bambalinas o en el mismo Congreso, normas que van en contra de un Estado de Derecho, Fuerza Popular, dicen parlamentarios de la oposición, son quienes lideran esta fuerza mafiosa y tramposa; sin embargo, no menos responsable es Alianza para el progreso y el otro bodrio llamado Perú Libre.

Pese a todo lo acontecido, solo los movimientos regionales, amenazan con una marcha nacional para el 28 de julio. Con la finalidad de eliminarlos como competencia, los partidos políticos están planteando su desaparición y solo resta una segunda votación. Pero, la gran muchedumbre, sigue atemorizada ante la posibilidad de recibir una ráfaga de balas y prefieren mantenerse silentes, aunque ello les cueste lo poco que hemos avanzado en democracia.

Como diría alguien, quizá piensan que la democracia no se come; sin embargo, una democracia crea el marco adecuado para la sana convivencia, las dictaduras del Ejecutivo o del Congreso, son simplemente retrocesos al avance de las civilizaciones. Defendamos la democracia.

Diario El Regional de Piura

 

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