ERP/N.Peñaherrera.La mejor evidencia de que no puedo confiar en los partidos políticos regionales es que sus community managers, o sea quienes manejan sus redes sociales, no aprobaron Coquito de primero de primaria.
Hace algún tiempo publiqué en mi cuenta de Facebook que no estaba interesado en recibir propaganda mediante las redes sociales, y mucho menos que utilizaran mi cuenta personal para hacer proselitismo.
Está bien que me guste la democracia, pero de ahí someterme al mismo vandalismo que te pega el afiche en la pared de tu casa, ¡ya pues!
Ya voy bloqueando dos.
He dicho clarito que prefiero mil veces analizar los planes de gobierno una vez que los publique Voto Informado, o alguna otra organización independiente tipo Transparencia, en vez de andar soportándolos por Facebook.
La razón es bien simple: como todo aparato publicitario por ciertos medios, los partidos se lavarán la cara o se la maquillarán, pero ¡ay de quien se atreva a cuestionarles algo! ¿Crees que responderán con respeto y coherencia?
Mi experiencia cubriendo historias sobre política local y regional hace que sea una de las primeras personas en rechazar radicalmente lo que me quieren vender. No es que renuncie a mi discernimiento como ciudadano, ¡no!, mas bien lo estoy salvaguardando para que su capacidad de contraste y crítica no se vea afectada.
Como dije, prefiero ver todas las ofertas políticas en un solo sitio, debidamente organizadas y hasta comparadas, como las herramientas que mencioné líneas arriba, o presentadas al mismo tiempo mediante un debate, donde basta las primeras tres palabras de cada candidazo o candidaza para sacarle la línea completa por cuatro años, si acaso lograran el puesto para el que postulan.
Entonces, queridos trolls llamados partidos políticos, dejen de fregarme la vida por mis redes sociales. Dejen esos espacios para hablar con mi gente y comentar cosas más interesantes que sus nada creativos lemas y lugares comunes.
Como dije alguna vez, a mí me convencen por la razón lógica, susceptible de contraste científico. La pasión y el folklore solo me revelan vacíos peligrosos, por los que jamás daría mi voto.
Y a propósito, como siguen las cosas, creo que lo viciaré, y si el desencanto también te embarga, deberías considerar esa posibilidad.
A ver si le damos una lección a nuestra política para que evolucione a eso, y deje de ser la misma politiquería de toda la vida.
(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)