ERP. En la Basílica Catedral de nuestra Ciudad, los fieles piuranos se reunieron, con profundo gozo, para celebrar la Solemne Vigilia Pascual, en la quese conmemora la Gloriosa Resurrección de Cristo y su victoria sobre el pecado y la muerte. El Arzobispo Metropolitano, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., exhortó a los presentes, durante la solemne celebración eucarística, a dejarse tocar por la buena noticia de la Resurrección del Señor, para así ser testigos de Cristo y trabajar por un Perú de justicia y paz.
Monseñor Eguren bendijo el fuego nuevo en el atrio de la Catedral y tras el ingreso procesional con el cirio y el canto del pregón pascual, presidió la hermosa Liturgia de la Palabra, que nos recuerda la obra de la creación y la más admirable obra de nuestra redención. Posteriormente presidió la Liturgia Bautismal con la bendición del agua y la renovación de las promesas bautismales, para finalmente presidir la Liturgia Eucarística. Los fieles piuranos cantaron con fuerte voz y gran alegría, en medio de espontáneos aplausos, el Himno del Gloria, porque Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado.
Al finalizar la Santa Misa, Monseñor Eguren agradeció al Santo y Fiel Pueblo de Dios en Piura y Tumbes, por su fervorosa y multitudinaria participación durante las celebraciones de Semana Santa, señalando "que con ello se manifiesta una vez más que la raíz más profunda y vital de nuestra peruanidad es nuestra fe cristiana y católica, y que las autoridades y los políticos no pueden gobernar de espaldas a la fe del pueblo, sino más bien, estar en sintonía con esa fe, porque sólo así se podrá construir el Perú justo, fraterno y reconciliado que todos anhelamo"-
Domingo de Pascua
de la Resurrección del Señor
“Encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro»
De joven, en el Día de Pascua, cantábamos un hermoso himno cuya letra dice así:
En la mañana de Resurrección
caminan al sepulcro donde está el Redentor.
Se preguntan al marchar: ¿quién moverá,
quién abrirá la tumba donde está el Señor?
El Señor nuestro Dios resucitó,
¡Aleluya, aleluya, aleluya![1]
"En esta noche de Pascua, y en virtud del Evangelio (ver Lc 21, 1-12), somos conducidos por unas santas mujeres a descubrir con asombro la tumba vacía del Señor Jesús. Ellas, llenas de amor por su Maestro, se dirigen presurosas muy de madrugada a su sepulcro, llevando los aromas que habían preparado para ungir su cuerpo, según la costumbre judía (ver Lc 24, 1-2)" indicó en su mensaje a los fieles que lo seguían.
Luego se preguntó ¿Qué de significativo puede tener una tumba vacía? ¿Qué importancia puede tener este hallazgo que hacen estas mujeres por más piadosas y santas que sean?
"Con todo, debemos decir que sí es relevante, porque la tumba vacía es la de Cristo, y el caminar presuroso de María la Magdalena, María la de Santiago, Juana y Salomé, nos lleva a todos al encuentro con Jesús Resucitado, el único que transforma la vida, liberándola del miedo y llenándola de firme esperanza (ver Mt 28, 1-10 y Mc 16, 1-8)" indicó. .
Las mujeres se pusieron en camino y anunciaron
"El Evangelio de San Lucas es claro: Las santas mujeres se pusieron en camino. Y entonces es pertinente preguntarnos: ¿Y cómo está el camino de mi vida? ¿Va como el de las santas mujeres en dirección al encuentro con Jesús resucitado? ¿O va en la dirección contraria y se aleja del Señor de la Vida? O quién sabe, ¿he optado por el encierro, es decir, por la inmovilidad y la parálisis de los Apóstoles que, por miedo a los judíos, se encerraron en una casa (ver Jn 20, 19)? El camino de mi vida, ¿está sumido en la tristeza y el abatimiento? O más bien, apuesta por la esperanza que alentó a las intrépidas mujeres a caminar sin miedo alguno a la tumba de Jesús, para recibir como premio a su amor el anuncio de la Resurrección (Ver Lc 24, 5-8), un anuncio que llenó sus vidas de luz y de alegría. ¿Por qué camino anda hoy mi corazón?" indicó monseñor Eguren.
Tras continuar llevando el mensaje de esta fecha, se dirigió a todos para desearles un feliz domingo de Resurrección.