ERP. La Festividad del Señor Cautivo de Ayabaca, congrega año a año a miles de creyentes y devotos; para tal efecto, se desplazan hacia la capital provincial que se encuentra a 2,715 m.s.s.m; para reiterar su fe primero en la religión católica que profesan y a través de ella, participar en una celebración llena de matices que se hace más vívida en el mes de octubre, pero que se mantiene diariamente.
Tuve la oportunidad este 2023, asistir hacia Ayabaca y fundirme en esa singularidad de fe, creencia y religiosidad que motiva a creyentes y devotos a trasladarse a una ciudad, donde el frío es lo de menos, porque se compensa con la expresión mágica de la imagen, los cánticos y sobre todo el misal diario y la liturgia de la palabra que, en el eco del lugar y la cordillera, impacta como grata melodía.
La Festividad del Señor Cautivo de Ayabaca, declarada como Patrimonio de la Nación, es una de las expresiones religiosas de mucha raigambre en la región Piura, donde se pueden mencionar a las festividades del Señor de la Buena Muerte de Chocán, en el distrito de Querecotillo, la Semana Santa de Catacaos, María Auxiliadora, Virgen del Carmen de Huancabamba y Virgen de las Mercedes de Paita.
Un elemento fundamental y de gran valor de esta Festividad, sobre todo por el gran sacrificio que significa, es el desplazamiento en peregrinaje por parte de los fieles, que, debido a promesas previas, programar ir hacia Ayabaca caminando. Lo hacen no solo con fe, igualmente con alegría, entonando cánticos preparados para cuanto dure esta travesía. De la costa, avanzando por la cordillera, catapultan de rodillas su esfuerzo, cuando llegan a la cima.
Este tipo de expresiones religiosas se realizan en el mes de octubre y ya es común que en localidades como Paimas, pernocten en su desplazamiento, para descansar del trajín y coger fuerzas para avanzar de madrugada. Otros prefieren hacerlo en transporte terrestre y nos referimos a quienes, desde la costa de Piura u otros departamentos, decidieron ir hacia Ayabaca.
La Festividad religiosa, se mezcla con el dinamismo comercial de la ciudad, cuyos comerciantes, son ubicados en espacios vacíos para vender sus productos locales y también ofertar una sana diversión durante su estancia. Después de cumplir con visitar la imagen del Señor Cautivo de Ayabaca, participar en el acto religiosos del día, recorrí estos lugares para constatar lo sincrético de ese mundo antiguo con el de la hispanidad.
Pese a los tiempos caracterizados por nuevas costumbres, la religiosidad en este espacio de la región Piura, se mantiene sólida y vigente, es una mirada al interior de cada quien, con un pensar en lo infinito, donde, creo, se evoca las razones fundamentales y místicas, que los llevaron a esta ciudad. En realidad, es sorprendente mirar esos rostros y cada una de sus manifestaciones.
He pernoctado en el lugar, he tenido la oportunidad de participar en los actos religiosos en el Templo, de acercarme a la imagen sagrada que se encuentra en lo alto de la parte principal, de palpar la tesura de su vestimenta y también estar en el lugar donde se realizan las velaciones. Observé a mi derecha e izquierda, veo el rostro contrito de hombres y mujeres, unos en silencio otros rezando.
Tras mi breve visita, retorno fijando en mi mente, una de las expresiones religiosas más significativas de la región Piura y que Ayabaca es un espacio donde muchos buscan trasuntar lo terrenal, para escuchar ese eco en silencio que, probablemente, viene del más allá, para fortalecer su fe e influir, en ese mágico efecto de ser socorrido frente a la dificultad.
ERP/N.Sunción.