ERP. Las historias de vida son importantes como ejemplo a seguir en una sociedad que necesita referentes, es el caso de un usuario del Programa 65, del distrito de Tambogrande, quien con su arte demuestra que llegar a adulto mayor no significa que sus capacidades han disminuido y que puede utilñizar sus potencialidades en dar forma material a su creatividad, un ejemplo es don José Flores.
“El popular José”, apelativo con el que los vecinos de Tambogrande (Piura) conocen a don José Flores, es usuario del programa Pensión 65 del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) que se gana la vida esculpiendo imágenes religiosas, acompañado por un alegre rondín al que le arranca las más bellas melodías para acompañar su trabajo y servirle de inspiración en la creación de sus divinos personajes.
A sus 76 años, don José goza de una salud inquebrantable, hecho que entre otras características, lo ha convertido en un personaje, ya que su pequeño taller es visitado por turistas, quienes buscan con fervor las imágenes del Cautivo de Ayabaca, la Virgen María y el Niño Jesús, que talla del tronco de chonta con especial cuidado.
“Con una navaja voy formando el rostro y el cuerpo de mis imágenes. Me gusta esforzarme en los detalles como la coronita del Señor Cautivo de Ayabaca. Después procedo con el pintado”, menciona el veterano escultor.
Don José tiene como inspiración las diversas manifestaciones religiosas que se veneran en la región Piura, como es el caso del señor Cautivo de Ayabaca, la siempre presente Virgen María madre de Jesús y tampoco se encuentra ajeno el Divino Niño, sobre todo en fechas importantes como es la cercanía de Navidad.
Su devoción al Cautivo se inició cuando era un niño, ya que gracias a un milagro pudo curar una fuerte lesión en la nariz. A manera de agradecimiento por el favor recibido, aprendió a dar forma a la chonta, especializándose en imágenes religiosas que son usadas en iglesias y hogares.
José utiliza la subvención económica que recibe de manera bimensual del programa Pensión 65 para alimentarse y adquirir sus materiales, y seguir plasmando su trabajo que es reconocido en su tierra y que lo impulsa a hacer escuela con la nueva generación piurana.
“Algún niño que quiera continuar con este arte, puede venir, las puertas de nuestra casa están abiertas, y me gustaría enseñarles”, añade don José.
Piurano de corazón noble es un verdadero ejemplo para sus 8 hijos, 19 nietos y un bisnieto; convirtiéndose en un hito de fortaleza y perseverancia para su natal Tambogrande.
Don José comparte su tiempo cortando el cabello a sus vecinos; de buen comer e hiperactivo, es consciente de que eso lo mantiene sano y fuerte para sentirse útil a la sociedad, pero sobretodo dejando ejemplo de fortaleza, ahínco y cátedra en el arte de la escultura en madera.