ERP. Hemos comentado en diversas oportunidades respecto a las pretensiones de partidos perdedores de las últimas elecciones generales de promover la vacancia presidencial de Pedro Castillo Terrones. La moción se presentó en el Congreso con una belicosidad increíble y luego se fueron sumando hasta totalizar 29 firmas, suficientes para que sea llevada al pleno y ser sometida a la aprobación o rechazo.
En este periodo de tiempo, para en analista político Juan Manuel Aguilar el presidente Castillo comete dos errores “No entender que su triunfo fue circunstancial, y que la política desde Lima era otra cosa, es casi como jugar la liga departamental de fútbol y de un día a otro jugar la profesional, y, no comprender que las fuerzas políticas y económicas perdedoras de la elección pasada estaban organizadas y tienen los recursos para buscar desestabilizarlo y hasta vacarlo”.
Agrega que “Estos dos elementos más su inexperiencia en lo político y lo público no le permitieron organizar desde el principio una coalición de gobierno, que le permita justamente neutralizar a esas fuerzas desestabilizadoras”.
Para el constitucionalista Omar Cairo, la moción es abiertamente inconstitucional y no puede vacarse a un presidente de la República mediante argumentos que no corresponden. De la misma opinión es la abogada Rosa María Palacios; sin embargo, la conducta parlamentaria ha estado lejos de la pertinencia y juridicidad y al contrario, en oportunidades similares no les importó en absoluto respetar el estado de derecho.
Pese a la inconstitucionalidad de la pretendida vacancia presidencial, todo hace suponer que los votos se siguen sumando y no llamaría la atención que se impulse la misma y se someta al procedimiento parlamentario, que comprende la presentación de moción, la admisión a debate, si se logra pasar a este estadio deberá asumir su defensa él mismo o por intermedio de su abogado, luego procederá el debate y finalmente la votación. De no admitirse a debate, se enviará al archivo.
Sabemos que los partidos políticos Fuerza Popular, renovación Popular y Avanza País, se han dedicado desde la segunda vuelta electoral en desconocer el resultado electoral primero argumentando un presunto fraude, sin exhibir pruebas que sustenten y después de ello arguir una vacancia por “Incapacidad moral permanente”. Esta es una figura jurídica indeterminada, poco precisada y que queda a la interpretación de los parlamentarios.
De la forma como interpreten la “Incapacidad moral permanente” se someterá a votación y si logran 87 votos se procederá a la vacancia, se designará al reemplazante, en este se llamará a Dina Boluarte y todo comenzará de nuevo. Sin embargo, existe una interpretación que podría ser asumida por el presidente Castillo y demás miembros del Ejecutivo y es desconocer la decisión del Congreso de la República.
Desconocer bajo el articulado de la propia Constitución que nadie debe obediencia a un gobierno usurpador y en el caso de Pedro Castillo, una vacancia en la forma y modo como se pretende sería un “Golpe de Estado”. Es decir, el potencial nuevo presidente, por más que se le pretenda validar, sería un usurpador promovido por fuerzas obtusas, para quienes el cumplimiento de la Ley es lo de menos.
Durante los últimos meses tanto políticos de derecha, como sus aliados de medios de comunicación, se han dedicado a construir un contexto de ingobernabilidad. Las portadas y contenidos de los programas de televisión, si era en lo político tenían invitados cuyas opiniones no son independientes y, al contrario, son militantes; si no era esa realidad, lo principal es la violencia, delincuencia, muertes, sicariato, y otros de igual característica.
A la descripción interesada y de destrucción de partidos que siempre quisieron destruirlo primero, hablando de fraude sin existir y después a plantear la vacancia, aunque sea inconstitucional; se suman torpezas e ingenuidades impropias. Pedro Castillo, ha demostrado en estos pocos meses no tener ni una pizca de racionalidad para entender el Estado y para gobernarlo.
Para el Antropólogo Manuel Hidalgo León “Evidentemente la posible vacancia tiene un aire de aprovechamiento para lograr el poder político, de algún modo la Constitución lo permite, producto de un vacío que deja a la inspiración de los congresistas sustentar sus pobres argumentos, ya pasó con Vizcarra. La resistencia para mantener a Castillo no es viable o sería poco sostenible, lamentablemente Castillo no demuestra capacidad para ejercer el control político. Correspondería que la transición la adopte una persona o bancada que demuestre no tener ambiciones tan marcadas como la de los partidos ya conocidos, especialmente de la derecha radical, esto último solo la calle lo podrá lograr”.
Por lo menos tras la carencia de argumentos sólidos, que se habían promocionado días antes y que serían difundidos por medios afines de la derecha peruana, hacen avizorar un nuevo derrotero de la pretendida vacancia y es muy probable que supere la misma; sin embargo, queda claro que debe haber un cambio de actitud y sobre todo, de capacidades técnicas y políticas para salir adelante. De lo contrario, la inestabilidad seguirá causando más perjuicios al país.
Las próximas semanas, serán muy crispadas y los riesgos, no solo es la vacancia, sino igualmente el rechazo de un potencial gobierno usurpador serán aspectos de polémica. El Perú, pierde con estos intentos y sobre todo, con el debilitamiento de las instituciones como lo es la presidencia de la República. Si no se establecen los alcances de la “Incapacidad moral permanente” los fantasmas de la vacancia presidencial regresarán.