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Vie, Abr

Vacancia presidencial y el pretendido circo de parlamentarios de la derecha peruana

Editorial
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ERP. Parte de los políticos peruanos viven ajenos a la realidad o son presas de un egoísmo monumental y no les interesa en absoluto la estabilidad del país. Bajo el concepto de “Incapacidad moral permanente” que puede significar cualquiera cosa por culpa del Tribunal Constitucional que no definió sus alcances, nuevamente un grupo de parlamentarios intentan hacer un nuevo circo o laberinto nacional.

Un presidente de la República es elegido por la mayoría de los peruanos y Pedro Castillo Terrones, en elecciones transparentes y de irrestricto respeto a la voluntad ciudadana. El mandato debe durar 5 años y por lo tanto, hablar de vacancia por razones subjetivas es un despropósito de quienes es válida la Constitución y las leyes, solo cuando les favorecen.

Plantear una nueva constitución política no es una propuesta reciente, en su momento Alberto Borea Odría habló mucho sobre dicha necesidad; sin embargo, para este grupo de políticos, alineados a la derecha peruana, hacerlo, es permitir que se inicie un gobierno al estilo chavista, con el copamiento de todas las instituciones. Es hasta risible creer que Pedro Castillo, con el liderazgo y capacidad que tiene pueda impulsar un sistema totalitario.

Pero, en contrasentido, esta derecha peruana que reclama la vigencia a ultranza de una constitución aprobada en una dictadura, no tiene ningún miramiento en violarla y desconocerla. Ya lo hizo con la aprobación de una Ley que interpreta la cuestión de confianza y que se encuentra en el Tribunal Constitucional para pronunciamiento final y pretende violar una vez más la “sacrosanta” Carta Magna, con una moción de vacancia por situaciones risibles e increíbles.

Patricia Chirinos, una parlamentaria investigada por hechos de corrupción, gritando en el hemiciclo presentó su propuesta de moción a la espera que otros se sumen y como era de esperar, ordenados y convencidos suscribirán la misma congresista de Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País. En el otro bando, por el momento, Acción Popular y Alianza para el Progreso, han desestimado esa posibilidad, aunque siempre serán partidos poco confiables.

Según el analista político Juan Manuel Aguilar Hidalgo “La única razón de tumbarse a Castillo es que ha llegado a alterar el statu quo, con lo cual los grupos de poder, lobistas y quienes viven del Estado se encuentran “desorientados” y tienen temor de perder sus gollerías y favores. Que el presidente sea un inexperto en lo político y más en gestión pública no son razones para una vacancia, y es lo que el pueblo en mayoría a elegido. Corresponde respetar su mandato de 5 años y que las fuerzas políticas y la sociedad civil establezcan mecanismos de control para que el mandatario corrija los errores”.

Lo cierto, que, para un grueso del país, Pedro Castillo Terrones, un presidente ignorante, poco capacitado, sin condiciones y capacidades para gobernar un país y sobre todo, no es limeño y representa a peruanos y peruanas de los más recónditos lugares del Perú profundo. Existe un racismo no poco disimulado por quienes desde partidos políticos y medios de comunicación lanzan sus epítetos para descalificarlo.

Castillo Terrones es una buena oportunidad para realizar los cambios que peruanos y peruanas necesitan; sin embargo, por respetar una alianza electoral con Perú Libre, adoptó decisiones poco asertivas y que dieron pie a críticas mordaces. El nombramiento de ministros con nulas capacidades y más aún beligerantes, generó motivos para que el Congreso reaccione con hostilidad.

Después de estos tropiezos, se ha nombrado a nuevos políticos que, aún con su enfoque de una izquierda moderna, vienen generando confianza no solo para mantener el equilibrio económico, sino para no realizar cambios políticos trasnochados como los proponía Vladimir Cerrón, con un desconocimiento de la realidad que llama la atención.

Sobre la vacancia se ha dicho mucho y especulado tanto y es una muestra que el Perú sigue dividido. Sigue partido por un grupo de políticos, cuyos intereses son más personales e incluso económicos, que de bienestar para peruanos y peruanas. La democracia, debe mejorarse si, pero de ninguna manera destruirse y corresponde a la ciudadanía, defenderla y perpetuarla, imperativo para construir un país sólido y viable. La inestabilidad e irrespeto s sus instituciones es regresar al siglo XIX.

Diario El Regional de Piura
 

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